Su objetivo es continuar autorizando el uso de este herbicida, argumentando la necesidad de mantener la producción agrícola del país y evitar una disminución del 40% en los cultivos.

"Se requiere garantizar la seguridad alimentaria y avalar la producción agrícola del país", expresan los legisladores, subrayando la importancia de mantener la disponibilidad, accesibilidad, estabilidad de suministro, inocuidad, nutrición y calidad de los alimentos para la población mexicana.

Según explican, más de 30 cultivos en México dependen del glifosato para controlar malezas, entre ellos el maíz, sorgo, frijol, hortalizas, así como árboles frutales como el limón y el aguacate, alimentos básicos en la dieta del país.

Tanto el sector productivo como el Poder Legislativo argumentan que, hasta el momento, no existen alternativas sostenibles que permitan mantener la producción agrícola sin el uso del glifosato. "Por sus características de efectividad, seguridad y relación costo-beneficio, el glifosato es el herbicida más utilizado a nivel global", se señala en el instrumento legislativo presentado.

El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) advierte sobre las consecuencias negativas que conllevaría la prohibición del herbicida, incluyendo una caída en la productividad, aumento de costos y alza en los precios de los alimentos para la población.

De acuerdo con estudios realizados en México, el control de malezas con glifosato representa un porcentaje menor en comparación con los beneficios que aporta en cultivos como el maíz, sorgo, aguacate, cítricos, algodón y caña de azúcar. Además, destacan que su uso contribuye a la reducción del uso de maquinaria, el ahorro de combustible y la prevención de la erosión del suelo, lo que resulta en una disminución de los costos de producción.