Todos conocemos los productos fitosanitarios y los beneficios de su uso para la protección de nuestros cultivos… ¿pero cuánto conocemos realmente de la persistencia en el suelo y de los periodos de carencia de estos mismos fitosanitarios en las diferentes rotaciones de cultivos adaptadas a cada región productiva?

Cada región tiene características particulares de tipos de suelo, temperaturas, precipitaciones, etcétera que la hacen adecuada o no para una determinada rotación de cultivos. Lo mismo ocurre con los productos fitosanitarios, principalmente los herbicidas. Estos poseen diferentes características necesarias para el manejo y control de malezas, que varían según tipo de suelo (textura, PH, Moa, etc.) y condiciones ambientales (frecuencia y régimen de lluvia, temperaturas, etc.). Conocer al detalle cómo varían estas características de los herbicidas según las condiciones de suelo y ambiente, son fundamentales para poder producir o adaptar una determinada rotación de cultivos sin problemas de fitotoxicidad.

Se entiende por FITOTOXICIDAD al grado de efecto tóxico producido por una aspersión o compuesto fitosanitario determinado que causa desórdenes fisiológicos en las plantas y que se traduce en alteraciones del aspecto, crecimiento, vigor, desarrollo y productividad de las plantas.

Varios productos de uso frecuente en un cultivo, pueden producir efectos adversos en una rotación. Un excelente producto con registro en el cultivo de maíz es el Picloram, una herramienta del grupo de los hormonales que se adapta perfectamente al manejo de malezas en este cultivo. De todos modos, lo que los usuarios deberían saber también es que puede permanecer en suelo, hasta por 150 días después de aplicado hasta su disipación total, lo que podría provocar efectos adversos sobre cultivos sensibles. A esto lo llamamos Carry Over. El periodo de Carry Over es el tiempo que un herbicida permanece en el suelo a concentraciones fitotóxicas para los cultivos.

Para tener en cuenta las vías de disipación de Picloram son por adsorción a los coloides, de manera que se disipará más rápido en suelos pesados con altos contenidos de arcillas o altos contenidos de MO. Aunque quizá, la más importante vía de disipación de Picloram sea por lixiviación. Por eso es que en años secos o de bajas precipitaciones podemos encontrar restos o residuos de Picloram en suelo hasta 365 días después de aplicado.
En campañas con muy pocas lluvias como la última hemos encontrado muchos problemas en cultivos de soja por el uso de esta importante herramienta como es Picloram.

Otro grupo de herbicidas muy cuestionado y que suele generar problemas es el de las ALS, muy cuestionados por su persistencia en suelos, que por un lado es el factor más buscado para el control de malezas y por el otro lado es el factor clave que luego puede ocasionar problemas de fitotoxicidad. Para poder utilizar ALS en las rotaciones agrícolas es fundamental saber los factores que influyen en la disipación de estos productos en los suelos.

Son muy comunes los casos de fitotoxicidad de Diclosulam en lotes de girasol o cebada que vienen de soja el año anterior debido a que este principio activo todavía se encuentra presente en el suelo. También es frecuente ver efectos del Metsulfuron o Clorsulfuron en Maíz y por lo tanto es central registrar y agendar el uso de estos productos, evaluar tipos de suelo, PH y precipitaciones y ajustar las rotaciones para acercarse a la recomendación que las empresas tienen para cada producto y así realizar un uso eficiente y responsable.
Todos los herbicidas tienen su propias características y dinámica en suelo, son una herramienta estratégica para el manejo y control de malezas, y cuanto más persistentes mejor, porque controlan malezas por más tiempo, pero todo lo bueno puede convertirse en malo si no planificamos su uso correcto y estratégicamente según la rotación de cultivos de cada región.

No deberíamos ver síntomas de fitotoxicidad normalmente si nos manejamos bajo condiciones normales de clima, pero cuando nos enfrentamos a adversidades de bajas precipitaciones, todo cambia, la dinámica de los herbicidas en suelo cambia, y empezamos a ver problemas. Lo más importante es saber y conocer los herbicidas que usamos, llevar un registro de la secuencia de productos aplicados, rotar principios activos y familias de herbicidas y planificar muy bien las rotaciones de cultivos, especialmente cuando las condiciones ambientales varían campaña a campaña.

Por Ing. Juan Caporicci
Fuente: Producir Conservando