La garrapata y las enfermedades asociadas “están generando un momento difícil. De alguna manera, las condiciones muy favorables para el desarrollo de las pasturas y el estado de los ganados, también son favorables para el desarrollo de estos problemas. No están fuera de lo que se podía esperar”, afirmó a Rurales El País el Dr. Rafael Carriquiry, médico veterinario del Instituto Plan Agropecuario (IPA) radicado en el norte del país.

Pidió a los productores “ajustar los planes sanitarios, llamar a sus veterinarios para que analicen qué está pasando. “Aquella consulta por teléfono para saber qué específico está funcionando y para preguntarle cómo hace para mover su ganado, ya no sirve para solucionar el problema”, aclaró Carriquiry.

Según su visión, es el profesional que atiende el establecimiento el que “debe ver la situación y los planes de saneamiento tienen que incluir variaciones y no un tratamiento masivo para todo el stock de ganado del establecimiento”. Puede pasar que “dentro de un establecimiento pueden darse situaciones distintas en los potreros y eso es lo que exige ajustes en los planes de saneamiento”.

Es importante señalar que los brotes de tristeza parasitaria continúan dándose a pesar de que hay un mayor uso de la hemovacuna que protege contra este problema y es una tecnología probada y bien conocida en la ganadería local.

Carriquiry sostuvo que cada vez se usa más la hemovacuna y no solo en terneros, también en categorías adultas cuando hay un riesgo alto. “Durante muchos años se exportó ganado a Brasil a zonas de mucha garrapata y se usó la hemovacuna para que los animales sobrevivieran a esas condiciones. Es una tecnología que conocemos desde hace bastante tiempo y que debe utilizarse cada vez más porque la muerte por tristeza es inaceptable”, agregó.

El veterinario del IPA consideró que “con el conocimiento y las herramientas que tenemos hoy, deberíamos controlar la tristeza parasitaria. Una muerte por tristeza puede pasar, pero no esos brotes donde se pierden muchos animales. En esos casos, esos brotes están asociados a bajos niveles de control y a la falta de uso de la hemovacuna”.

Problemas. Junto con la garrapata el clima también hizo fuerte a las bicheras. En este sentido Carriquiry dijo que las bicheras en el norte, “están muy activas”. No sólo se registran casos de bicheras por heridas, también se ven en lanares “donde el vellón está un poco húmedo y muchas veces es asociada a la dermatofilosis, que es la lana de palo que se llama. Eso está apareciendo bastante. La problemática de la bichera está muy compleja”, afirmó.

Pidió no olvidarse de los parásitos gastrointestinales, porque “son otro desafío en este momento”.

Dijo que aunque no es bien de esta época, “hay que tener presente a los parásitos pulmonares. Antes de fin de año tuvimos algunos casos de parásitos pulmonares que la gente los tenía olvidados. Hay que recurrir a los diagnósticos y no hacer tratamientos a ciegas”, destacó el profesional.