Y potenciado por un 2024 en el que habrá una caída de oferta de invernada (terneros) de entre un 5% y un 10% respecto al año pasado. La cría, que está pagando la sequía con malos índices reproductivos y menor peso de venta de terneros y vacas, tiene además la característica de ser un negocio en pesos y con ventas concentradas. Se empiezan a repensar esos modelos por no ser demasiado sustentables. Las vacas y vaquillonas preñadas recomponiendo valores, entre los $300.000 y $500.000 por cabeza. La exportación ha sostenido su ritmo en toneladas, pero ha caído el ingreso medido en dólares.

En particular por los menores precios pagados por China (en el orden de un 30% menos que el de los demás destinos), mercado que absorbe gran parte de nuestras carnes. La cuota Hilton con precio algo inferior a los 13.000 dólares la tonelada. Israel está demorando sus compras en Argentina por su conflicto. El momento del año invita al productor a especular y demorar las ventas, pero en el caso del gordo es algo muy difícil y costoso de hacer. La rueda debe seguir girando.

NEGOCIO LECHERO

Uno de los peores momentos de los últimos años para este negocio. Tormenta perfecta. El precio de la leche Siglea fue de 118,36 $/litro (1649 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento del 6,5% respecto al mes anterior y un 113% respecto a un año atrás. No hace falta aclarar que pierde por paliza contra la inflación y el aumento de costos. En octubre se esperan unos 125 $/litro con suerte, lo cual no revierte la situación de quebranto actual del negocio.

La suspensión de los derechos de exportación de la leche hasta fin de año fue apenas un analgésico para el escenario actual, además de parecer una broma de mal gusto una medida por tres meses para una actividad que planifica su negocio en años. Difícil que un funcionario lo entienda, y los que lo entienden hacen silencio. Enumerando las malas noticias de los últimos tiempos se arranca por la sequía que produjo menos pasto, menor confección de reservas y aumento general de costo de alimentación. Pero además los suplementos acompañan sus precios con las distintas versiones de dólar agro y últimamente las facturas de alimento balanceado ya vienen en dólares directamente. Sumado a que cuando la empresa produce sobre campo alquilado el mismo se mide en kilos de soja por hectárea, que aumenta en forma proporcional a las devaluaciones selectivas de los granos.

Cuesta recordar un escenario con tantas variables jugando en contra. No va a ser gratis. La producción seguramente va a caer, así como la cantidad de tambos en actividad. Y las deudas van a subir. El mercado de exportación hoy está sostenido sobre todo por Brasil, pero globalmente el volumen exportado ha disminuido cerca de un 18% en los primeros ocho meses del año. No hay mucho más para agregar, salvo destacar el esfuerzo, la creatividad y la resistencia que están ofreciendo a esta crisis los equipos en las empresas tamberas. Si no fuera por ellos...