Luego del evento inicial en la zona núcleo, solo sobre el sur bonaerense y la provincia de LP aparecieron algunas lluvias con despliegue más homogéneo. Hemos venido mencionando en el monitoreo semanal la gran volatilidad que presentó la circulación de aire, algo que se sigue manifestando en esta primera semana de octubre. Esta es una dinámica impropia para cambiar el patrón seco dominante.

En la descripción del mapa de lluvias acumuladas del mes pasado, debemos hacer mención a los extraordinarios acumulados observados en el norte de la Mesopotamia. Las localidades de Ituzaingó (Corrientes) y Posadas, han quebrado records pluviales para el mes de septiembre con series iniciadas en 1960. Este patrón con lluvias de tres o más veces por encima de los valores normales, es representativo de todo el extremo noreste de Corrientes y el sur de Posadas. La sobreoferta de agua se modera hacia el centro de la Mesopotamia y el norte de Misiones. Estas precipitaciones han decantado favorablemente hacia el centro de Chaco y el este de Formosa, avanzando en buena forma hacia el noreste entrerriano y santafesino, desde donde claramente se produce un corte drástico en el volumen de agua.

En términos meteorológicos son buenos los totales mensuales sobre el centro de la zona núcleo, pero su distribución temporal no ha sido la mejor en términos agronómicos. Por otra parte, este nivel de precipitaciones no acompañó a la zona central de SF y tampoco a la franja oeste de ER. De esta manera el patrón de lluvias modestas que ya dominaba el norte de CB, lejos de mejorar se extendió hacia el este. El sur de CB, norte de LP y noroeste de BA tampoco lograron lluvias de importancia. La irregularidad de las precipitaciones encuentra otro ejemplo sobre la zona central del sur bonaerense, con un máximo que supera los 70 milímetros en Olavarría. En todo el sur de la provincia de BA, la irregularidad pluvial fue destacada, sin embargo, las lluvias en general encontraron pisos más elevados.

Fuera de las zonas productivas principales, las lluvias y nevadas mantuvieron alta frecuencia y buen volumen en el noroeste de la Mesopotamia, marcando un decrecimiento normal hacia la estepa. Inusualmente pobres quedaron los acumulados en el extremo sur de la Patagonia. En tanto, sobre el NOA, aún no se dan situaciones que anticipen el final de la estación seca.

Desde el inicio húmedo que presentó el mes de septiembre sobre la zona núcleo hasta este comienzo de octubre, solo se han sucedido eventos pluviales menores. La frecuencia de frentes no ha sido mala, pero la circulación de aire nunca logró la eficiencia necesaria como para que masas de aire tropical vuelvan a posicionarse en la zona central. Si el frente no encuentra el combustible para generar sistemas precipitantes, su paso hacia el noreste es más rápido. Esto se ha notado a lo largo del pasado mes, con una secuencia bastante pareja de pasajes frontales que generaban despliegue de nubes bajas o con escaso desarrollo y una oferta de agua modesta. Algo similar ha sucedido en las últimas horas, es decir el patrón de lluvias pobres no cede.

Como consecuencia de la ineficiente o pobre distribución de lluvias, las reservas de humedad se encuentran muy condicionadas en vastos sectores de la región pampeana, en particular en zonas de alto impacto para la producción de granos finos. En este sentido, el sudoeste entrerriano y las vecindades de SF, es una de las zonas que más se ha perjudicado con este retroceso, dado que son áreas que se vieron muy beneficiadas a finales de mayo y se perfilaba una salida a la primavera mucho menos traumática para el desarrollo de los cultivos. La fina hacia zonas del oeste, arrancó mucho más complicada y en consecuencia, era más difícil esperar buenos resultados sobre este sector.

Partiendo de condiciones muy distintas, las condiciones actuales de la reservas tienen una cercanía importante a la situación con que ingresamos al mes de octubre del año pasado, sobre todo en la franja central de la región pampeana. Por lo pronto, la única diferencia positiva se observa sobre el centro de la zona núcleo. Hacia el sur de la región pampeana se observaba un panorama similar al actual. El año pasado, la sequía no fue extrema para la fina en el sur, pero si se recortaron rendimientos por heladas tardías. En este caso, las reservas se presentan similares, pero con un patrón térmico que es potencialmente más benévolo, al menos se viene de un invierno mucho menos riguroso.

La producción de la actual campaña de granos finos nuevamente quedaría supeditada principalmente a lo que acontezca con los rendimientos en el núcleo sur, ya que en la franja central en muchos casos ya se ha optado por generar reservas para forraje y en otras situaciones los rendimientos ya se encuentran muy condicionados independientemente de que reaparezcan las precipitaciones.