Cada año, a partir del mes de julio, los apicultores tucumanos llevan sus colmenas hacia las plantaciones de limones para que desde mediados de agosto hasta mediados de septiembre sus abejas recolecten el néctar y el polen de la flor de Azahar (la flor del limonero) y así producir luego una miel monofloral con características particulares que no se dan en otras regiones del país.

“Tucumán es el único lugar en el mundo que reúne las condiciones ambientales para producir este tipo de miel”, cuenta Javier González, Gerente de la Cooperativa Apícola Norte Grande, resaltando que además “es la zona donde están los cultivos más importantes de plantas de limón a lo largo de toda la provincia pero, principalmente, del país”.

De esta forma, se dio la combinación perfecta entre el saber de los apicultores, las abejas y el ambiente que hicieron que desde mayo, y luego de un largo proceso que llevó siete años, la miel de Azahar de limón de Tucumán sea el primer producto tucumano que tiene Indicación Geográfica y el primer producto en el NOA en recibirlo, además de ser la primera vez que la miel tiene este reconocimiento.

Con aroma a Azahar y sello tucumano

La Miel de Azahar de Limón de Tucumán es la única monofloral de limón que se produce en Argentina. Sensorialmente, se distingue de otras mieles por su color claro, aroma floral débil, sabor dulce que varía de débil a moderado con un dejo de acidez al final, y por su sensación de cremosidad en el paladar.

Estas características, junto a las condiciones naturales del ambiente, histórico – culturales y productivas, son las que motivaron a la Comisión Nacional Asesora de Indicaciones Geográficas (IG) y Denominaciones de Origen (DO) para Productos Agrícolas y Alimentarios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación a otorgarle el sello de Identificación Geográfica. El proyecto fue un trabajo en conjunto entre el sector público y privado que reunió a la Cooperativa Apícola Norte Grande, la Asociación Civil Apícola Tucumana, la Secretaría de Alimentos del Ministerio de Producción de la provincia, el INTA y la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Tucumán. “Debido a que la producción de esta miel no es muy grande, apostamos a tener el sello para obtener un reconocimiento de todo el proceso que realizan los productores para lograr esa miel y así poder canalizar un mayor volumen en el mercado interno sin necesidad de salir al exterior, porque afuera se vende a granel y a nivel local se vende fraccionado con un diferencial de precio”, explica González. Asimismo, aclara que “este producto tiene una fuerte demanda en el mercado internacional por su color y sabor, y los consumidores, especialmente europeos y japoneses, lo ven como una delicatesen”.

Si bien hay registros de que ya en la década de 1960 se producía miel de azahar, con colmenas que llegaban desde Buenos Aires en los vagones de los ferrocarriles, a partir de este reconocimiento todo el proceso de producción cuenta con un protocolo validado, con conocimientos que los apicultores tucumanos mantienen de generación en generación. Además, la trazabilidad a lo largo de la cadena de producción es uno de los elementos que avalan el origen del producto.

González aclara que el “Código Alimentario Argentino exige que en el rotulado se la mencione como miel de citrus, pero igualmente la etiqueta va a tener su sello con la indicación geográfica de miel de azahar de limón de Tucumán”, que permitirá a los consumidores distinguir el origen de este endulzante natural.

Producción local

Un requisito excluyente para poder incluir el sello de IG en los envases de miel de Azahar de limón es que los productores sean tucumanos. A su vez, la región establecida para esta identificación geográfica se establece dentro del área de producción de citrus en Tucumán, localizada a lo largo de la zona pedemontana que se distribuye en once departamentos: Burruyacú, Tafí Viejo, Famaillá, Monteros, Chicligasta, La Cocha, Lules, Juan Bautista Alberdi, Cruz Alta, Rio Chico y Yerba Buena.

Según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo del gobierno tucumano, el sector apícola de la provincia cuenta con 135 productores registrados, con 18.450 colmenas que producen 460 toneladas de miel multifloral y 60 toneladas de miel monofloral de azahar de limón.

Desafíos de un producto estrella

Para los tucumanos, la miel de Azahar de limón es “un producto estrella que resume el esfuerzo, el sacrificio, el conocimiento que el productor fue perfeccionando durante tantos años”, dice el gerente de la Cooperativa Apícola. Por eso, con la certificación del sello de Identificación Geográfica “lo que se pretende es posicionar al sector en el ámbito nacional con un producto de excelencia que se produce bajos condiciones únicas y que ineludiblemente referencie a esta provincia con la miel de azahar de limón”, afirma.
Uno de los objetivos que esperan lograr es que “se conozca el producto tanto en Buenos Aires como en el resto de las provincias y tenga una diferenciación de precio. La miel en el mercado interno es un producto muy vapuleado porque hay muchas mieles adulteradas. Con este sello se garantiza la calidad y se defiende la posición del apicultor”. A su vez esperan que los países reconozcan el sello, que tiene jurisdicción nacional, para vender el producto en forma fraccionada o bien a granel con un valor agregado.

No hay dudas de que las abejas, a través de la polinización, contribuyen a mantener la biodiversidad. Por lo que sumado a la trayectoria histórica que tiene el producto, su importancia en la economía provincial y el valor de los saberes de sus productores que se comparten a través de generaciones, la miel de Azahar de limón de Tucumán es un alimento que resalta el Triple Impacto (social, económico y ambiental), dando identidad propia al unir al producto con su territorio.

Por Paola Papaleo
Fuente: Expoagro