INVIERNO SECO EN EL CENTRO

Al cierre del mes de mayo un gran evento pluvial permitió que vastas zonas del este se incorporaran a la campaña de granos finos. Este evento de mayo fue muy pobre sobre el oeste y aun así en algunas zonas del este de CB, norte de LP y noroeste bonaerense se avanzó con las siembras. Principalmente sobre el oeste, la oferta de agua del invierno no permite ser optimista desde la estadística, para recuperar los atrasos que se arrastran desde el otoño. Con bajos niveles de reservas y estadísticas poco favorables, el riesgo de que se mantenga la sequía era bastante alto. Al término del mes de junio las diferencias entre el este y el oeste, eran notables, con un fuerte gradiente de humedad al desplazarnos desde ER hacia CB en la franja central, lo cual copiaba el norte bonaerense. Esta característica no cedió a lo largo de todo el trimestre frío. Si analizamos la anomalía de las precipitaciones del invierno meteorológico (junio-agosto) en base a la estadística 1973-2022, podemos rápidamente reconocer el desvío negativo que domino gran parte de la franja central del país.

El centro sur de SF, la zona central del norte de BA y el este de CB, se constituyen en la zona donde el impacto del invierno seco fue más notable. La ventaja de algunas zonas del centro de SF, ER y noreste de BA, radica en el acopio de reservas que tuvieron a finales de mayo, algo que no sucedió hacia el oeste. Algunas áreas del sur de CB, sumaron lluvias como para alcanzar valores normales, sin embargo, los mismos no bastaron como para compensar el arrastre de la gran sequía previa. Tampoco se ven buenas lluvias en el norte del país, y si bien Misiones y el noreste de Corrientes tuvieron un agosto generoso en lluvias, el bimestre previo fue muy seco, lo cual deriva en un resultado negativo al computar todo el trimestre.
A lo largo de este período, el sudeste de BA fue el que mantuvo un nivel de lluvias más parejo, incluso con excesos sobre la zona de influencia de Balcarce-Mar del Plata-Necochea.

Viniendo de un otoño con buena carga de humedad, lo cual había permitido afianzar la salida de la seca, las exigencias pluviales sobre el invierno se tornaban manejables. Por otra parte, las perspectivas de lluvia para el trimestre frío sobre el sudeste bonaerense justificaban el optimismo con que se inició esta nueva campaña. Con el correr del invierno, gran parte de la zona recogió al menos las lluvias normales, con oportunas ventanas secas que permitieron el avance pleno de las siembras y las posteriores tareas de campo. Sobre el sudoeste de BA, la situación quedó más mezclada, con zonas que tienen reservas para esperar nuevas lluvias, aunque sobre la zona de influencia de Bahía Blanca, el panorama es mucho más difícil.

La transición otoño invierno también fue buena en ER y el centro de SF, con una marcada recuperación de reservas, sin embargo, el transito del invierno resulto en un progresivo retroceso de la disponibilidad de humedad, lo cual deja en condiciones ajustadas al trigo y se necesita agua para las siembras tempranas de maíz.

Se destaca en el mapa la sobreabundancia de precipitaciones en el noroeste de la Patagonia. Los ríos de la cuenca del Comahue necesitaban este comportamiento. El sur de MZ y el centro de LP, también tuvieron buenas lluvias, dentro de los volúmenes esperados para el invierno.

Queda claro que durante el trimestre frío el fenómeno de El Niño no tuvo ninguna injerencia. Durante agosto comenzaron a verse señales de aumento del caudal pluvial en Misiones, algo que se afianzó en forma contundente en estos primeros días de diciembre, con zonas del noreste de Corrientes y sur de Misiones claramente encaminadas hacia un nuevo record pluvial para el mes de septiembre desde 1960.

Este despliegue de lluvias asociadas al fenómeno de El Niño aun no alcanza la región pampeana, aun cuando el último fin de semana, se observó un oferta de agua muy generosa sobre zonas del centro este de CB, sur de SF y la zona central del norte bonaerense. Este mismo frente, hizo un salteo importante sobre el resto de la zona núcleo. En resumen, el inicio de septiembre mostró señales de aumento en la actividad pluvial, pero el comportamiento es aún muy dispar. Es perentoria la necesidad de recuperación de lluvias en ER.

Por lo pronto, la única zona que tendría más garantías en cuanto a la continuidad de lluvias es la zona del centro norte de la Mesopotamia, donde claramente no se necesitan precipitaciones. Este panorama aun no desciende hacia la región pampeana como sería necesario. El mes de septiembre aún se perfila con mucha irregularidad en la oferta de agua en la zona núcleo central.