Las marcas de café Fama de América y Madrid fueron por décadas las más vendidas de Venezuela, sus reconocidos empaques acapararon con su presencia los anaqueles de las principales cadenas de supermercados y bodegas del país. Era virtualmente un oligopolio.
Hoy el panorama es otro, el mercado muestra más de 400 marcas repartidas por todo el país. El sector vive buenos tiempos.

Una larga historia

En 1927, un año después de fundado en Maracaibo Café Imperial, marca que lideró por años el mercado del café en el Zulia, abre sus puertas la torrefactora de café más grande que tendría el país: Fama de América.

Esta empresa, que sobrevive con éxito a los precios bajos del café, afectados por la caída de la bolsa de Nueva York en 1929, comienza en 1960 una etapa de crecimiento en la que aprovecha la magia de la televisión para dar a conocer su famoso eslogan que por años identificaría su marca: “Por el aroma yo lo sé, Fama de América el mejor café”.
El café, que en 1875 desplazó al cacao en cifras de exportación en Venezuela, llegando a producir en 1918 su mayor cantidad, un millón 790 mil quintales, pasó por uno de sus peores momentos entre 1935 y 1965.

Por esos años, muchos cafetaleros terminaron por abandonar o vender sus plantaciones de café, situación que llevó al país a reducir sus ventas hacia el exterior y convertirse en un productor para el autoconsumo.

Esta crisis, que ocurre durante el desarrollo industrial del café, es aprovechada por nuevos empresarios para invertir en torrefactoras, creándose en estos años más marcas de café tostado y molido como El Peñón, que nace en 1947, y Café Madrid, fundada en 1957; mientras que otras empresas como Fama de América y Café Imperial ven la oportunidad ideal para incrementar su presencia en los anaqueles.

En estos años también abren sus puertas marcas que se hacen líderes en sus respectivos estados, regiones y localidades como Café Yocoima (Bolívar, 1945), Café Brasil (Mérida, 1948), San Domingo (Caracas, 1955), San Antonio (Caracas, 1950), Café Flor de Patria (Trujillo, 1960), entre otras más como el desaparecido Café El Negrito, que solo la generación nacida antes del setenta aún lo recuerda.

En los ochenta y noventa aparecen nuevas marcas de café como la tachirense Concafé, en 1985, y Café IMI, en 1999, aunque son años en los que desaparecen otras que, en su mayoría, son adquiridas por empresas con ambiciosos proyectos de expansión como Café Madrid, que en 1990 compra Café Aroma y en 2003 se hace dueña de una de las ocho marcas que concentraba el 80% del mercado del café en el 2000, Café El Peñón.

Es así que en 2009 Café Madrid y Fama de América, última que en 1989 profundiza su proyecto de expansión en el sector, terminan consolidándose como un oligopolio, controlando el 82% de la producción del grano verde en el país y tomando decisiones que afectarían a cafetaleros y pequeñas torrefactoras.

No obstante, ese poder, que se consolida frente a una caída considerable de la producción nacional de café, afectando su precio y consumo, no se mantendría por más tiempo.
El gobierno del presidente Hugo Chávez da inicio a un proceso de intervención de estas torrefactoras que termina en 2012 con la adquisición por parte del Estado venezolano de ambas compañías.

Esta compra, con la que se buscó garantizar el abastecimiento de café, que por una parte se veía afectado por este oligopolio que se apoderaba de casi toda la producción y, por otra, al rígido control de precios aún estaba vigente en toda la estructura de producción del café —producto considerado parte de la cesta básica venezolana—, derivó, de forma paulatina, en la desaparición de este grano tostado y molido de los anaqueles de todo el país.
El resto de las torrefactoras solo procesan café verde para presentaciones gourmet como estrategia —mal vista gubernamentalmente— para esquivar controles y mantener su presencia en el mercado.

Pero en 2017 la estatizada Fama de América, que solo producía café premium, también lanza una presentación gourmet libre de controles de precios y, junto a la entrada de nuevos inversionistas que ven en el mercado del café una oportunidad para hacer negocio, cinco años después, en un abrir y cerrar de ojos, los venezolanos nos encontramos con una gran cantidad y variedad de marcas de café de distintas presentaciones y calidades en todo el país.

Plan de rescate del sector caficultor

Este aumento en la producción de café, que se refleja en la aparición de nuevas cafeterías y marcas con presencia permanente en los anaqueles es resultado del plan de rescate del sector caficultor impulsado en 2016 por el Ministerio para la Agricultura, a través de la Corporación Venezolana del Café (CVC).

“A partir de 2016 se prohíbe la importación de café verde y tostado y se da inicio a un plan de renovación y rescate de los predios del café que habían sido abandonados”, refirió en conversación con Últimas Noticias el presidente de la CVC, Alfredo Mora, agregando que este trabajo, que se hizo en conjunto con el caficultor y la industria privada del café, comienza a tener logros a los pocos años, pasando el país a tener más de 300 marcas de café.

En el I Encuentro Internacional de Cafés de Especialidad Venezolano (EICEV), que se llevó a cabo en mayo de 2022, se da a conocer por primera vez la existencia de una gran cantidad de marcas de café venezolanas, para ese momento un poco más de 370, entre las que destacan en su mayoría pequeñas empresas que nacieron en estos años de recuperación de la producción del café.

Más de 400 marcas de café

Pero el registro de marcas de café de la CVC no ha parado y, un año después de este encuentro, el país sobrepasa las 400 marcas, evidenciando un cambio en las políticas sobre este rubro a favor de la democratización de la torrefactoría del café, tal como lo ve uno de los fundadores de la marca Café del Sur, Alexis Lunar.

“La participación en el mercado del café en Venezuela se ha democratizado. No existe restricción alguna para poder incursionar en la producción de este rubro con una torrefactora (…) Solo se necesita tener un tostador para poder registrar una marca de café, independientemente del alcance que tenga”, dijo Lunar en conversación con este diario.

Café del Sur, una de las pocas marcas de café que tiene el sello Norven, título que garantiza la calidad del producto, y cuya planta se encuentra en Guarenas, Miranda, en menos de cinco años ha logrado posicionarse en la zona centro costera (Gran Caracas, La Guaira, Miranda, Aragua y Carabobo) del país con una producción aproximada de unos 50 mil kilos de café al mes, compitiendo con marcas de tradición regional y nacional.

Y aunque esta política de apertura en la industria del café ha resultado en el registro de más de 400 marcas, según el presidente de la Asociación Venezolana de la Industria del Café, Nelson Moreno, solo mantienen una presencia regular en el mercado 70 de ellas, produciendo, cada una, entre 50 mil y 250 mil kilos al mes.

De este grupo destacan las empresas tradicionales regionales y nacionales que sobrevivieron a las diferentes crisis de la producción del café del siglo XX y XXI, y otras creadas más recientemente con un importante capital de inversión.

Cerca de un 50% de este registro, según Moreno, es conformado por nuevas marcas propiedades de cafetaleros, quienes, en lugar de vender su producción a grandes torrefactoras, han resuelto incursionar en el mercado del café tostado y molido, que les ofrece un mayor dividendo.

Otro porcentaje de este listado de marcas de café corresponde a nuevos inversionistas que procesan pequeñas cantidades, pero con un mayor estándar de calidad, para producir café de especialidad, como Serranía Café.

“Como empresario me di cuenta de que había una necesidad en el país de suplir ese café de calidad que en su momento existió con Café Madrid y Fama de América y apunté al café de especialidad”, dijo en conversación con Últimas Noticias José Moreno, y fundador de Serranía Café.

Esta marca gourmet, que aparece por primera vez en el mercado venezolano en 2017, es comercializada en La Cafetería Coffee Roasters, ubicada en el Centro Empresarial Galipán, en la urbanización El Rosal, en Caracas, donde sirven una gran variedad de bebidas elaboradas con su café, desde las más tradicionales hasta inusuales formas de tomarlo frío y hecho infusión con la cáscara del café.

Serranía Café es un proyecto en pleno crecimiento con trazabilidad que procura la calidad del grano desde su siembra.

Las marcas con mayor presencia

De las setenta marcas de café que mantienen en la actualidad una mayor presencia en los anaqueles se encuentran las tradicionales San Domingo, San Antonio, Flor de Patria, Anzoátegui y Brasil, las cuales, hace unos 20 años, junto a Fama de América, El Peñón y Café Madrid, concentraban el 80% del mercado del café tostado y molido.

Café San Domingo y Café San Antonio, competidores tradicionales en el mercado del café, lideran su presencia en los principales supermercados de Caracas.

La marca Flor de Patria, empresa perteneciente a la familia Briceño, sigue siendo una referencia en el occidente del país junto a Café Brasil, torrefactora cuya presentación gourmet fue una de las más vistas en Caracas en los recientes años de escasez de café regulado.

Café Anzoátegui, marca con presencia en el oriente del país desde hace más de 70 años, se renueva en esta nueva etapa con su variedad descafeinada, única en el país. En los noventa

El Peñón se diferenció también por su presentación descafeinada que ya no existe.
Fama de América, El Peñón y Café Madrid también siguen procesando café tostado y molido, pero sin volver a tener la presencia oligopólica de hace casi 15 años, al igual que Café Imperial, líder por muchos años en el estado Zulia, que mantiene en la actualidad una pequeña producción en la entidad.

Asimismo, en esta nueva etapa de la producción y procesamiento del café verde en Venezuela, junto a las marcas tradicionales mencionadas, y otras también tradicionales pero con una pequeña presencia local como IMI (1999), Yocoima (1945), Cordillano (1995), la larense Cordillera, las tachirenses Bramon (1920) y Concafé (1985), compiten con otras marcas venezolanas con menos tiempo en el mercado como Café Amanecer, creada en 2012 y actualmente líder en ventas en todo el país con una producción de 250 mil kilos al mes; la marca trujillana JP (2016), las larenses San Salvador y Flor de Aragua (2018); la margariteña Moka Caribe, cuya presencia se acentuó en 2018; la merideña Páramo Café (2017), que comenzó con cafeterías en Caracas; y las cada vez más conocidas en los supermercados de la capital, las mirandinas Café Kaldi (2018) y Café del Sur (2019).