No cabe duda de que los decisores económicos y financieros toman en cuenta, aunque con alfileres, las proyecciones del USDA.

El viernes pasado, este organismo publicó sus estimaciones, las que no son favorables para los precios agrícolas.

La proyección para la nueva cosecha de soja en EE.UU. llega a un récord de 122,74 millones de toneladas. Se trata de un número muy superior al de 116,38 millones correspondiente a la campaña 2022/2023.

Respecto al mundo, el panorama tampoco es alentador para los precios.

El USDA proyectó la producción de soja en 410,59 millones de toneladas. Es un número muy elevado respecto al nivel de 350,14 de la campaña anterior. Y proyectó las existencias finales en 122,50 millones de toneladas, frente al volumen de 108,07 millones previstos por los privados.

Estos números, más la entrada de la extraordinaria cosecha brasileña al circuito comercial, no permiten una sustancial mejora en los precios de la soja.

La zona núcleo está mostrando un nivel de producción alarmante. A fines de octubre del año pasado se esperaba lograr una producción de 19,8 millones de toneladas (BCR).

Ya casi finalizada la cosecha de soja de primera y habiendo completado un 70% de la de segunda, ahora se estima que la producción apenas llegará a 3,90 millones. La producción más baja de los últimos 15 años. Horrible.

Eso sí. Aunque muy triste para los argentinos, la baja en la producción de soja, es un elemento de presión al alza de los precios.

El cuadro es ilustrativo:

La buena noticia vino de la primera jornada de la semana.

Tras las bajas de los últimos días, y pese a la proyección del USDA del viernes sobre una cosecha récord de soja en EE.UU., la oleaginosa cerró con valores en alza en Chicago.

Ciertamente hubo un ajuste técnico de las posiciones de los inversores y una visible mejora en el precio del petróleo.

Pero, lo que más contribuyó a tal firmeza fueron las demoras, en los últimos días, de las tareas de siembra por las precipitaciones registradas en las Grandes Planicies y en el Medio Oeste.

Según determinados reportes procedentes de este país, incluso se experimentaron considerables anegamientos en Minnesota.

Pero este cuadro climático solo EE.UU. solo alienta una mejora de cortísimo plazo, porque la situación general es positiva para los cultivos.