SAENZ PEÑA - "Cuando al campo se le tira toda la culpa del calentamiento global, está claro que en el proceso solamente participamos con menos del diez por ciento, siendo los responsables de la mayor emisión el sector comercio", señaló el ingeniero Miguel Kolar, responsable de un trabajo orientado a determinar cuál es la emisión de carbono que tiene la actividad algodonera.

“Lo que nosotros tomamos es la producción de algodón en el campo y la industrialización para la obtención de la fibra, que es el trabajo que realizan las desmotadoras y que debemos reconocer que es el único cultivo que tiene la primera etapa industrial en la zona”, indicó el profesional sáenzpeñense.

La medición de las huellas de carbono en los cultivos de algodón es un trabajo que se viene concretando desde hace tres campañas y que expone la eficiencia del trabajo del productor argentino, debiéndose también ahora trabajar en las herramientas necesarias para compensar.

La experiencia, llevada adelante por el ingeniero agrónomo Miguel Kolar, que lo hace para la empresa en la que trabaja y que es propiedad de los hermanos Linke, mide la emisión de huella de carbono en la producción de fibra de algodón, quedando trunco el cuarto período de medición en el 2022-2023 ante la imposibilidad de sembrar por falta de humedad.

"Lo que nosotros tomamos es la producción de algodón en el campo y la industrialización para la obtención de la fibra, que es el trabajo que realizan las desmotadoras y que debemos reconocer que es el único cultivo que tiene la primera etapa industrial en la zona", indicó el profesional sáenzpeñense al programa Agroperfiles Radio que se emite por FM Universidad Uncaus.

Las mediciones para calcular la huella de carbono se basaron en la norma internacional ISO 14.067 que indica de qué manera hay que medir la emisión de huellas de carbono de un producto específico, en este caso la fibra de algodón. El trabajo se realizó en conjunto con el ingeniero Rodolfo Bongiovanni, especialista del tema y profesional del Inta Estación Experimental Manfredi, en la provincia de Córdoba y la ingeniera Leticia Tuninetti del INTI cordobés. "En cualquier proceso productivo se emite y nosotros lo que hacemos es medir esa emisión, que es la parte negativa del proceso pero que tenés que conocerla para poder compensar ", sintetizó Kolar.

COMPARACIONES PRODUCTIVAS

El objetivo de la propuesta es "comparar con lo que ocurre en el mundo". El productor agropecuario de argentina "es uno de los más eficientes en el uso de los recursos", utilizando mucha tecnología para contrarrestar todos los inconvenientes que le surgen a partir de las políticas de Estado adversas. "Esa eficiencia hace que emitamos menos dióxido de carbono", señaló Kolar.

En la experiencia puntual con el algodón en los sembrados de la empresa Linke, "se midieron mil cuatro gramos por cada kilogramo de fibra". "El profesional del Inta de Manfredi, involucrado en el proyecto, midió para todas la situaciones de producciones en el país, en los distintos escenarios productivos, mil novecientos gramos por cada kilo de fibra", mencionó Miguel Kolar que es parte del equipo de Linke.

CUANTO EMITE EEUU

En la comparativa mundial, "en los Estados Unidos se emite un promedio dos kilos novecientos gramos de promedio, en Brasil donde no hay estudios publicados se estima que se emiten más de cuatro kilos equivalentes de dióxido de carbono por cada kilo de fibra". "En el caso puntual de la empresa Levis, se midieron las huellas de carbono en el ciclo completo de la producción y del ciclo de vida útil del jean modelo 501, es decir que se analizó desde que se sembró el algodón hasta que se terminó de usar el pantalón, incluidos los procesos de lavados, determinándose que se gastan treinta y cuatro kilos con seiscientos gramos de dióxido de carbono, correspondiéndole a la fibra solamente dos kilos novecientos gramos", ejemplificó.

La conclusión que hace el profesional chaqueño es "que, cuando al campo se le tira toda la culpa del calentamiento global, está claro que en el proceso solamente participamos de menos del diez por ciento, siendo los responsables de la mayor emisión el sector comercio".
Es de aclarar que son varios los gases de efecto invernadero, siendo el dióxido de carbono el más común, "pero también están el metano, el óxido nitroso y otros que están relacionados con los procesos productivos y que tienen sus correspondientes tablas de medición".

BONOS FACTURABLES

SÁENZ PEÑA (Agencia) - El bono de carbono "es cuando se captura o cuando se deja de emitir". Se captura por ejemplo implantando un bosque, como lo hacen los planes de forestación del Iifa, "entonces los algarrobos crecen y la madera va fijando dióxido de carbono".

"Eso es un ejemplo de captura, sería un sistema productivo donde el balance es positivo y captura de carbono se la puede medir, certificar y vender", explicó el ingeniero Miguel Kolar.
Un bono de carbono equivale a mil kilos de dióxido de carbono.
"El monte si no lo aprovechamos no nos va a salvar"

SÁENZ PEÑA – "En promedio el ochenta y cinco por ciento del oxígeno que respiramos lo produce el Océano", afirmó el ingeniero Miguel Kolar retrucando las afirmaciones que otorgan esa responsabilidad a los montes. "En el proceso de fotosíntesis de las plantas y las bacterias se toma dióxido de carbono, energía solar y agua para generarse un proceso químico que libera oxígeno, pero para eso se debe producir glucosa que se traduce en bio masa", detalló.

"El monte estabilizado, natural, no crece infinitamente y si no crece no hay producción de biomasa y si no hay producción de biomasa no hay generación de oxígeno", indicó, aclarando que no "se está diciendo que se desmonte todo, porque el bosque también brinda otros servicios ecosistémicos".

"La realidad es que un bosque estabilizado, con árboles maduros, en el proceso natural entre lo que tira y los rebrotes se da un equilibrio entre lo que fija y lo que emite, lo que da un promedio prácticamente de cero", mencionó.

La pregunta es qué pasa si se ingresa a ese monte y se retira la madera de los árboles maduros y la respuesta indica que "se dará lugar a la renovación con las especies jóvenes que podrán crecer y, en consecuencia, fijar".

"Lo peor es evitar hacer carbón"

El profesional también menciona que "la quema de leña es renovable, lo que puede generar un bono de carbono al estar evitando quemar combustible fósil". "Lo peor que podemos hacer es evitar que los forestales hagan carbón porque esta gente está evitando que se queme gas o gasoil", afirmó, advirtiendo también que "al bosque si no se le permite la renovación no genera oxígeno".

"La solución es dejar de quemar combustibles fósiles y empezar a utilizar leña pero de manera racional, no explotando todo el monte y con regulación, sin prohibir, porque los árboles no nos generan oxígeno pero tampoco se puede tumbar el bosque indiscriminadamente para sembrar soja o algodón y emitir", destacó Miguel Kolar.
"Prohibir el desmonte no es la solución, permitirlo es peor, es necesario trabajar sobre el monte porque si no lo tocamos, no lo aprovechamos, tampoco nos va a salvar", cerró.

Fuente: Diario Norte