TODAVÍA HAY TIEMPO

Durante las últimas semanas se observaron muchas jornadas con tránsito de nubosidad. Este aspecto variable de las coberturas nubosas, ocasionalmente fue acompañado por algunas lluvias modestas. En general todas estas lluvias fueron de milimetrajes muy bajos en algunos casos sólo registradas por las estaciones automáticas, donde el registro mínimo es de 0.2mm. Es decir, a lo largo de la última quincena, en muchos casos, las precipitaciones fueron apenas lloviznas, una producción pluvial muy pobre para lo que puede dar abril, al menos lo que es razonable esperar de este mes.

A mediados de mes, una intensa circulación del sudoeste impuso una masa de aire fresco y seco. El descenso de temperatura se hizo sentir, pero las condiciones resultantes no potenciaron enfriamiento importante. Recordamos que el año pasado por estas fechas se planteaban condiciones térmicas mucho más rigurosas.

Estas temperaturas moderadas que pueden proyectarse al mes de mayo, quizá contengan el único argumento válido como para esperar que el próximo mes mejore el comportamiento pluvial de abril. A esta altura, ya podemos reconocer el fracaso pluvial del mes del corriente mes. Como venimos monitoreando, esta situación, es mucho más compleja en el norte bonaerense, sudeste de CB y otras áreas del sur de SF, las cuales de alguna manera tienen una influencia negativa sobre lo que sucede en sectores del sudoeste entrerriano, pero en menor medida.

El balance hídrico resulta, para la época, muy deficitario en un vasto sector de la zona núcleo, una seca con una resistencia inusual. Si bien esto a campo puede tener matices o corredores mejores cargados, es razonable evaluar que a gran escala esta zona presenta el mayor grado de vulnerabilidad ante la escasez de humedad y de cara al inicio de las siembras de granos finos.

Evidentemente y aun con lluvias pobres en abril, la situación se mantiene en términos razonabilidad hídrica por la época del año, en el sur de la región pampeana y también en el sudoeste de CB. La muy pobre exigencia desde la atmosfera y las coberturas, evitan que las pérdidas de humedad sean importantes, siendo que las lluvias claramente no están jugando a favor.

El número mágico para el inicio de la campaña es el 80. Con pocas pretensiones, serían necesarios unos ochenta milímetros para que los perfiles recuperen un nivel aceptable de humedad. Esto lo podemos ver en el mapa que estima las lluvias necesarias para alcanzar reservas adecuadas para una pastura, quizá implantar un trigo podría arreglarse con menos, pero es una referencia razonable.

Debemos poner la mirada en la primera semana de mayo para comenzar a ver algunas precipitaciones de mejor volumen. La inestabilidad del comienzo de semana con algunas lluvias modestas, posiblemente fue el evento despedida del mes de abril.

Todavía no estamos en una situación que invalide el avance de las siembras con el calendario habitual, sin embargo, es claro que el mapa advierte que la situación en la zona núcleo es frágil en cuanto a la disponibilidad de humedad.

Necesariamente debe llover mejor en los primeros veinte días de mayo para no quedar en una situación de riesgo que pocos querrán enfrentar. Estas semanas serán clave para definir el área con potencial para la fina de esta campaña. Entendemos que aún hay una ventana de tiempo que nos permite ser optimistas como para lograr recargas de mayor importancia.