La semana pasada fue de parabienes para la soja, en el mercado de Chicago.

La oleaginosa llegó hasta subir un 5,4%.

Y el comienzo de ésta, también mostró visibles subas.

Es cierto que, como veremos más adelante, la cosecha de soja en Brasil marcha a todo vapor.

Entonces… ¿por qué la soja sigue en alza?

La chispa detonante de este positivo comportamiento proviene de lo que sucede con el petróleo, que impacta directamente en el aceite de soja.

Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Kuwait anunciaron recientemente una sorpresiva reducción de la producción de crudo, a cumplirse a partir de mayo y hasta finales de 2023.

Obviamente, el mercado no se hizo esperar. El gráfico de Investing.com lo muestra claramente.

Avalan también estas mejoras en la oleaginosa, los reportes publicados este viernes pasado por parte del USDA.

Allí el organismo relevó las existencias de soja al 1ro. de marzo. Ellas resultaron claramente menores a las previstas por los agentes privados. Y por si ello no fuera suficiente, agregó la proyección de siembra 23/24 quedó por debajo de lo que esperaban estos mismos.

En tanto, la trilla brasileña camina raudamente. De acuerdo a la consultora AgRural, ya avanzó cerca del 76% de la superficie apta. La semana pasada lo había hecho alrededor del 70%.

Mientras tanto, en nuestro país, la comercialización de soja y la producción de harina y aceite navegan en las inestables aguas de un mar agitado por las intervenciones del Estado.

La demora en el anuncio del prometido "dólar soja 3" no hace otra cosa que golpear aún más las reservas del Banco Central.

Las vueltas de la vida… ¿o de la política? El denostado “yuyo” de ayer, ahora es la tabla de salvación.

La pérdida de reservas sigue su siniestro camino. Y el gobierno cifra sus esperanzas en la soja.

Este lunes (primera rueda de abril) se deshizo de UDD 259 millones para contener las demandas del sector importador. En marzo vendió USD 1.900 millones, a un ritmo de USD 100 millones por día prácticamente. Con el rojo de hoy aumentó su saldo negativo a la preocupante cifra de USD 3.217 millones.

Este tipo de herramientas son típicamente oportunistas. Un remedio de corto plazo: al ingreso a resultas de ellas, le sobrevendrá luego un efecto de "bajón" en los ingresos posteriores. Eso sí: se “frizan” las expectativas de devaluación, al menos por un tiempo.

Así las cosas, el gobierno sigue manteniendo el tipo de cambio anclado, prácticamente como única herramienta para contener la inflación. El castigo cae sobre la producción.

Con una inflación pasada de casi 100% y un aumento en el tipo de cambio mayorista del 89%, el retraso en tan solo un año es muy fuerte.

La inflación no cede. Por el contrario, con un índice para marzo próximo al 7,5% (mensual), lógico parece estimar que el país camina a una tasa anual del orden del 120%.