A esta situación se le suma la sequía que afectó la producción de mandarinas. Por lo tanto, consumir estas frutas se ha transformado en casi un lujo, menciona el medio local El Sol.
Los verduleros están preocupados y comentaron que esta situación hizo que los consumidores cambien a la hora de comprar. Por lo tanto, las ventas se vieron afectadas.

“Antes vendía dos cajones de naranja por día y ahora no llegamos a cubrir el 55%”, expresó Ramón, quien posee una verdulería y ve con preocupación el panorama.

Los comerciantes consultados por este diario aseguraron que las pocas naranjas que llegan se consiguen a 10 mil pesos el cajón. Aun así, señalan que la calidad no es la misma que la de antes. En tanto que el pomelo proviene de Chile y la caja de 12 kilos se consigue a 9 mil pesos.

La sequía también afectó la temporada de mandarinas y las pocas que se consiguen difieren del tamaño y el jugo que antes aportaba. El precio ronda los 400 pesos el kilo.

¿Qué pasa en Mendoza?

El Foro Legislativo Frutihortícola mantuvo un encuentro con representantes de la Federación del Citrus Entre Ríos, la Cámara de Cítricos de Mendoza, la Asociación de Puesteros Unidos y de la Cámara Frutihortícola Argentina, quienes analizaron la situación y plantearon medidas para llegar a una solución.

Una de las posibles salidas que expusieron es que en cada cajón de cítrico que ingrese a la provincia posea un código QR que permitiría observar la trazabilidad del producto y qué tratamientos tuvo en el proceso.

“La reunión fue muy buena porque estuvo presente el coordinador del foro frutihortícola, Daniel Bataglia y se trabajó en el proyecto de interés provincial para poder liberar la venta de mercados de abasto en las zonas libres de la provincia”, sostuvo el secretario de Planificación de la Cámara Frutihortícola Argentina, Anael Carrazco.

Fuente: Portal Fruticola