Este año, contradictoriamente, habiendo un 37% más agua que el año más seco registrado, la primera sección tuvo un 24% menos de agua que en la peor temporada. En ésta se contabilizaron pérdidas del orden del 40% de la superficie regada en la sección, por lo que esta temporada se estima que serán de un 60%.

“Cómo puede ser una medida correcta y legítima, si nosotros estamos con pérdidas históricas, los valles y los cultivos de los planos se están secando, mientras Panquehue está con abundantes aguas para sus lagunas, zonas turísticas, manantiales; con sus cerros, canchas y praderas verdes, llenando sus acuíferos”, señalan los usuarios afectados.

Los cultivos más afectados fueron los duraznos, las uvas y nogales, además de la chacarería como tomates, choclos, papas y de fruta: sandías y melones. Además del maíz y alfalfa como cultivos anual, enfatizó Javier Crasemann, presidente de la primera sección del Río Aconcagua.

Actual regla de reparto de las aguas

La actual regla de reparto deja a la segunda sección con el 43% del río y además le otorga el doble de agua por hectárea.

Es fundamental mejorar la regla: incluyendo a todas las fuentes de aguas existentes e incorporar en la disponibilidad el volumen extraído que se hace de las aguas subterráneas.

Debe considerar las particularidades y demanda estacional de los cultivos de cada sección para así basarse sobre una correcta línea base de la cuenca completa, con todos los datos de ésta.

Los usuarios agregan que: “es urgente salir de esta crisis, de este desequilibrio que era evitable, para enfocarnos en las soluciones de fondo para la cuenca del Aconcagua.

Deberíamos estar todos en este día mundial del agua, centrados en generar nuevas fuentes; en reutilizar las aguas tratadas que se vierten al mar; en construir obras y reservorios para las fluctuaciones del río; en disminuir las pérdidas, es decir, en velar por la seguridad hídrica de toda la cuenca y no de unos pocos”