El eslabón primario de la cadena productiva de la caña de azúcar -cañeros-demanda la facilidad de un crédito productivo por un monto de $us 30 millones para renovar de 36.000 a 43.000 hectáreas de cañaverales fuera de ciclo y de este modo garantizar la disponibilidad de materia prima para transformar, principalmente, en azúcar y etanol el próximo año.

A decir del presidente de la Confederación Nacional de Cañeros de Bolivia (Concabol), Óscar Alberto Arnez, hoy en día es indispensable que el Gobierno atienda la demanda de financiamiento (crédito SíBolivia para la sustitución de importaciones) y así sostener la producción de azúcar, alcohol anhidro y otros subproductos derivados de la caña de azúcar.

Anotó que, si bien la expansión agrícola cañera departamental ronda las 180.000 hectáreas, cada año se debe renovar un 30% de esa superficie que está fuera del tiempo apropiado, aspecto que el año pasado incidió en la productividad del cultivo en 2022. “De no atenderse el préstamo requerido se corre el riesgo de comprometer la disponibilidad de materia prima y producción de azúcar y etanol en la zafra de 2024”, expresó Arnez.

Dada la compleja coyuntura económica que vive el país, en su opinión, es importante que el Gobierno incentive la expansión agrícola mediante créditos, libere las exportaciones del sector para captar divisas del exterior y apostar de manera decidida a mezclar etanol, como aditivo, con la gasolina para reducir los gastos en la importación y subvención de combustibles.

Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), con cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año transcurrido el valor de las exportaciones de azúcar y alcohol superó los $us 138 millones. En el caso del azúcar el monto equivale a un 10% más con relación a igual periodo de 2021.

No termina de despegar’

En el caso del programa de biocombustibles se conoció que, si bien existen avances, preocupa la falta de planificación de la estatal petrolera YPFB que se refleja en el permanente incumplimiento del contrato en lo relativo a volúmenes de compra y pago por retiro de combustible ‘verde’ de los centros de almacenaje de los ingenios. Fuentes del sector citan que la falta organización genera incertidumbre en toda la cadena productiva.

En 2022, YPFB y los agroindustriales del sector acordaron la compra de 160 millones de litros de etanol. Se conoció que en dicho periodo la petrolera alcanzó a retirar 140 millones de litros y que aún los ingenios tienen facturas pendientes por cobrar. Empero, se aclaró que YPFB pagó una parte del monto adeudado. Este año hay una intención y compromiso verbal de subir el cupo de compra de etanol a 212 millones de litros.

Al margen de este aspecto, los actores del complejo productivo de la caña de azúcar coinciden en que hoy más que nunca, en un entorno en que la economía refleja señales de debilitamiento, urge que el Gobierno permita exportar sin restricción para captar divisas ‘frescas’. De igual modo, instan al a las autoridades del sector hidrocarburos apostar al etanol para reducir el gasto en importación.

La guerra entre Rusia y Ucrania impactó en los precios de importación de gasolina y diésel a escala mundial, llegando a un incremento del 77,7% en la región entre 2021 y 2022. Bolivia, en lo particular, subió sus costos de importación un 83,8% en esos años, según YPFB.