Según un informe de la Sociedad Rural Argentina, en el período 2001–2022 los productores agropecuarios transfirieron en concepto de retenciones al fisco más de 175 mil millones de dólares.

Sin embargo, la pobreza aumentó. En 2001 alcanzaba a 16.500.000 personas y en el 2022 el número llegó a 20.200.000.

Además, el último censo agropecuario determinó que hay 70 mil productores menos. Pasaron de 297.000 a 227.000 en dicho período.

Ese dinero podría haber sido destinado a hospitales, escuelas, infraestructura, atención a la población, pero esto no sucedió: se repartieron subsidios en vez de promover la cultura del trabajo y la productividad.

En estos momentos, en donde la sequía pega fuerte, las retenciones ponen a los productores al límite de la sustentación económica ya que se aplica la alícuota directamente al precio de mercado o de venta de los productos.

En este año electoral, le solicitamos a todas las fuerzas políticas que nos digan qué van a hacer con este impuesto cuando les toque gobernar, ya que es imposible concebir el futuro del país que no contemple al campo en el centro de la ecuación económica.