Solo en áreas reducidas se han concretado lluvias normales o incluso sumas acumuladas que han superado los valores estadísticos. Este comportamiento claramente ha sido una excepción. Los sistemas frontales han sido muy poco productivos en el área central del país donde se define el gran volumen productivo de maíz y soja.

Cuando comparamos los valores de lluvia registradas del mes de febrero con los valores estadísticos (1973-2022), se obtienen los desvíos o anomalías de precipitación. Como podemos observar, es muy vasto el dominio de la categoría de lluvias “muy escasa”. Este patrón incluso se ha profundizado respecto de lo que se observara en el mes de enero, mes que tuvo una segunda parte bien productiva sobre el oeste, que permitió alcanzar los valores normales de precipitación en gran parte de CB, LP y oeste de BA.

Se observaron lluvias normales con algunos máximos significativos en el chaco salteño, con lluvias normales a abundantes en el norte de Misiones. Son poco representativos los datos sobre el oeste del NOA, como para dar crédito a las lluvias abundantes que se representan en la zona.

Este patrón de lluvias fue acompañado por una fuerte variabilidad térmica. La misma genero sectores donde en una misma semana las estadísticas de febrero encontraron nuevos record de temperatura máxima y de temperatura mínima. Si bien no se registraron oficialmente temperaturas por debajo de cero, el amanecer del sábado 18 dejó heladas agronómicas en gran parte del noroeste bonaerense y también en áreas de CB.

La transición hacia el mes de marzo, mantiene una tendencia de altas temperaturas y lluvias escasas. Los indicios de cambios hacia una mejora en la oferta de agua, recién se insinúan sobre el norte del país. El escenario seco o con lluvias por debajo de los valores normales, aún prevalece sobre gran parte del centro del país.