Durante el 2022 los envíos de cereza fresca de Argentina a distintos destinos alcanzaron las 4278 toneladas, siendo los principales Estados Unidos, China y Reino Unido.

Argentina mantiene acuerdos específicos de certificación de exportación de cerezas frescas con Estados Unidos, China y Canadá. El 30 de noviembre pasado se actualizó el acuerdo entre el Senasa y su contraparte estadounidense.

Temporada

La temporada de cosecha y de exportación de cereza en esta zafra 2022-2023 se encontró acotada entre los meses de diciembre y enero, iniciándose al norte de la provincia de Chubut, en Gaiman el 30 de noviembre, continuando hacia el sur, en la localidad de Sarmiento y concluyendo en el norte de la provincia de Santa Cruz a fines de enero. Su distribución responde a las características climáticas propias de la Patagonia. La cosecha es más tardía cuanto más frio es el clima.

Previo a toda actividad agrícola, quienes producen cerezas deben estar inscriptos en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa) mientras que los empaques y las cámaras frigoríficas donde se recepciona esta fruta también deben estar inscriptos en los registros correspondientes del Senasa.

Acciones del Senasa

El trabajo de Senasa, en relación a las exportaciones, comienza meses antes de la cosecha, a través de la inscripción de quienes producen cereza y la verificación de los galpones de empaque y frigoríficos. En esta instancia, se constata el cumplimiento de las normativas nacionales para exportación y de los requisitos fitosanitarios establecidos en los protocolos de exportación específicos de cada país de destino, incluyendo muestreos y controles físicos y documentales. Para el caso particular de Estados Unidos, la habilitación previa de los empaques y las cámaras frigoríficas se realiza de manera conjunta entre Senasa y las autoridades sanitarias de ese destino.

Las tareas, llevadas delante de manera conjunta por agentes de Protección Vegetal e Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Centro Regional Patagonia Sur del Senasa, incluyen la inspección de las chacras, de los establecimientos de procesado de fruta en fresco, de los galpones frigoríficos y de cada una de las partidas a exportar, concluyendo en la confección de la documentación de amparo de la mercadería verificada e identificada que se traslada al punto de salida del país.

Además, todos los años se realizan capacitaciones a responsables técnicos de los cuatro empaques de exportación ubicados en las localidades cereceras, a los monitoreadores y a los inspectores del Senasa, de forma tal que todos los participantes estén capacitados y en conocimiento de todo lo atinente al proceso de producción y exportación, para que los embarques a los distintos mercados sean exitosos.

Varias de estas capacitaciones se dictan interinstitucionalmente, pudiendo participar según el tema a tratar, además del Senasa, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y el Servicio de Inspección del país de destino de la cereza, como el Animal and Plant Health Inspection Service (APHIS) de Estados Unidos.

Fuente: Portal Fruticola