Argentina, transitando la sequía más importante de los últimos 60 años, recibió lluvias mayores a los volúmenes esperados.


Desde el día jueves 19 de enero, la circulación norte aportó una importante carga de humedad. Ésta pudo capitalizarse en lluvias y tormentas tras el ingreso de un sistema frontal desde el sudoeste. Las lluvias y tormentas más intensas se desarrollaron sobre La Pampa, noroeste de Buenos Aires y por último en Salta (127 mm en Salta Capital).


El sistema se fue desplazando hacia el noreste cubriendo Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos con menores registros.


¿Cuál es la situación de las principales provincias productoras agrícolas de Argentina?

Antes de las lluvias, el 18 de enero se observaba que la categoría extrema de sequía (la menor reserva de agua en los suelos comparando con los últimos 30 años de estadística) cubría por entero a Santa Fe, siendo la provincia más afectada. La misma también se extendía por gran parte de Entre Ríos, Córdoba y el norte bonaerense.


Para revertir el estado de sequía y pasar a reservas óptimas en el suelo se necesitarían valores de precipitación de 160 a 180 mm. Dado el panorama productivo de soja y maíz actual y para responder si las lluvias del último fin de semana sirven para asegurar un piso de rindes, se ha considerado que:


    —con lluvias mayores a 45 mm, no se depende de nuevas tormentas hasta el 10 a 15 de febrero para sostener el crecimiento y hay buenas chances de asegurar un piso mínimo de rindes. Si el productor asume el riesgo de posibles pérdidas por heladas tempranas, el milimetraje recibido alienta a sembrar áreas que se han sembrado y perdido o no se han podido sembrar por la sequía. De todas maneras, los resultados de estas siembras estarían sumamente limitadas por este atraso que sería inédito. En el caso de que las heladas tempranas se retrasen y las lluvias acompañen, las sojas sembradas podrían alcanzar de 10 a 15 qq/ha y los maíces entre 30 a 50 qq/ha.


  —Con lluvias de 30 a 45 mm, hay un alivio momentáneo. El cultivo puede retomar el crecimiento y crecer sin estrés durante una semana. Hay que recordar que en esta época los suelos pierden cerca de 7 mm por día por evapotranspiración. Por eso, se depende de nuevas lluvias en el corto plazo. El agua caída detiene el deterioro en soja y maíz y levanta levemente las expectativas productivas.


  —Con lluvias menores a los 30 mm, no se espera una reacción del cultivo, más aún en suelos regulares. Sigue habiendo una gran dependencia al comportamiento que tengan las lluvias de acá en más.


  —Las áreas con menos de 15 mm, si no reciben en el corto plazo lluvias importantes, seguirán profundizando el deterioro de los cultivos por el ascenso de las temperaturas. Estas áreas, sobre todo si están en la franja este de la región pampeana (mucho más deficitaria que el oeste), siguen en riesgo de pérdidas masivas y hasta totales de producción en soja y maíz.


Lamentablemente, solo el 15% de la región pampeana recibió lluvias por encima de los 45 mm. Se trata del 15% del área bonaerense, 10% de La Pampa, 5% de Santa Fe y 3% de Córdoba.


Buenos Aires y La Pampa, las más beneficiadas


Buenos Aires es la gran ganadora de este importante evento de lluvias. El 15% del territorio bonaerense superó los 45 mm. Se trata del noroeste provincial. El acumulado más importante fue medido en General Pinto con 118 mm. El alivio, lluvias de 30 a 45 mm, llegó al 40% de Buenos Aires (40 mm en Azul, 43 mm en Las Flores). El resto (35%) quedó por debajo de los 30mm (la franja SE recibió menos de 10 mm).


En La Pampa, el 15% del territorio recibió lluvias por encima de los 45 mm (Bernasconi 63mm, 57 mm en Victorica y General Pico con 56 mm). El resto de la provincia acumuló entre 30 y 45 mm.


Numerosas áreas que no pueden escapar de la situación de falta de agua
Entre Ríos sigue con una severa faltante de milímetros: solo el sector sur, un 20% de la provincia, recibió lluvias de 15 a 30 mm (La Paz puntualmente 39mm y Gualguaychú 32 mm). En el resto, los valores fueron inferiores a los 15 mm (Villaguay 14 mm, Federal 10 mm, más al norte, en Concordia 15 mm).


En Córdoba son muy puntuales los registros que superaron los 45 mm (3% del área): Noetinger 52mm, Colonia Almada 60mm. Solo en centro este, centro y extremo sur, en total un 25% del área cordobesa, el alivio fue de 30 a 45 mm. Un 10% del área productiva de córdoba sigue en un estado muy delicado, ya que recibió lluvias inferiores a los 15 mm. El resto, (62%) acumuló de 15 a 30 mm.


Santa Fe, la provincia más necesitada de agua, solo superó los 45 mm en dos sectores. El más importante es hacia el este y sur de Rosario (60 mm); el otro se registró en el centro de Santa Fe (El trébol 47mm y 48mm Reconquista). De esta manera, solo el 5% del territorio podría sostener el crecimiento de los cultivos sin nuevas lluvias hasta la primera quincena de febrero. Es importante destacar que más de la mitad de Santa Fe recibió un alivio momentáneo con registros de 30 a 45 mm. Pero el resto, un 42% de la provincia, recibió lluvias inferiores a los 15 mm.


De principios de año a la fecha, ¿cómo se actualizan los registros mensuales de la región núcleo?


La media de precipitaciones para el mes de enero en la región está entre 100 y 125 mm. Solo en una de las 36 estaciones meteorológicas de GEA se alcanza ese valor: General Pinto acumula 118 mm. Tres localidades logran superar los 60 mm: Álvarez con 92 mm, Lincoln con 80 mm, y Junín con 64 mm.


Con esta gran tormenta del fin de semana pasado, si uno toma los datos en promedio para tener una referencia, la región recibió solo el 35% de la oferta hídrica normal para el primer mes del año.


Un evento parecido exactamente un año atrás


El año pasado, en la misma fecha (del 19 al 24 de enero) hubo una tormenta muy parecida, pero que dejó el doble de carga de agua en la región. También fue el NO de Buenos Aires el área que recibía los mayores acumulados, pero en aquel entonces se superaban los 200 mm. El registro de Lincoln era de 287 mm. Hace un año, como hoy en día, la pregunta era si esas lluvias significaban el fin de “La Niña”. Sin embargo, “La Niña” nunca dejó de estar presente en todo el 2022. “El valor ONI de enero del 2022 era de -1 (el más bajo de todo el verano), cuando hoy es de -0,9. Tal como hace un año atrás, “La Niña” sigue activa. “Pero esta vez, se espera que sí llegué a su fin, alcanzando la neutralidad plena a partir de marzo”, explica el Dr. Aiello. “La reiteración de eventos pluviales puede ser el inicio de una recuperación del régimen de lluvias. Pero esto será un proceso lento, en concordancia con el ritmo de debilitamiento que muestren los indicadores de La Niña”, agrega Elorriaga.


¿Qué cambió con esta última tormenta y que puede esperarse de las lluvias de los próximos días?


Lo primero que hay que destacar como positivo es que ingresó una masa muy importante de humedad. Junto a las altas temperaturas, va a favorecer las lluvias convectivas. Aparte, volvieron las lluvias importantes al este de la región central. Las últimas precipitaciones tan significativas se registraron en marzo del 2022. El anticiclón semipermanente del Atlántico se ha desplazado, permitiendo el desarrollo de estas lluvias. Pero está presente y hay que seguir su comportamiento.


Pero hay algo malo: “después de este evento, las próximas lluvias tienen otra cara”, dice Elorriaga. “Las lluvias pronosticadas a partir del 25 de enero se ven ahora con menores volúmenes a los previstos una semana atrás. Aparte, las salidas de los modelos probabilísticos presentan una gran dispersión”. Tomando a los modelos más moderados, se observan lluvias de alrededor de 15 mm para Buenos Aires y de 15 a 30 mm para la región núcleo. “Los sistemas han vuelto a tomar mucha dinámica y hay que seguir que tan efectivo resulta ser el ingreso del próximo frente. Sí, se observa que en el noroeste del país se pueden volver a repetir lluvias importantes”, dice el especialista.