El dólar-soja II permitió llegar al objetivo de reservas según el compromiso con el FMI.
Pero este objetivo es de cortísimo plazo.
Porque el problema se va a presentar, nuevamente, en breve hasta la entrada de la cosecha, sobre todo de soja y maíz, que sería a partir de mediados de marzo, con suerte.
Y la cuestión no termina acá.
¿Enfrentaremos un cuadro difícil? De ninguna manera. No será simplemente difícil, será algo tan complejo que hoy resulta difícil imaginar.
Porque a diferencia de otros años, la cosecha será muy pobre.
Recién en estos últimos días la sociedad y su dirigencia están tomando conciencia de la abrupta caída de ingresos por exportaciones que impactará de lleno en la economía.
Ello es resultado del anticipo de operaciones y por la fuerte reducción de la cosecha.
Afortunadamente, las lluvias del sábado y el domingo fueron amplias y cubrieron un generoso espectro.
De no haber ocurrido estas precipitaciones, el cuadro hubiese sido literalmente horrible.
Como van las cosas, seguramente la producción de este año apenas llegue a 38 millones de toneladas, atacada por plagas y arañuelas.
Y ponemos esta cifra porque prevemos cierta recuperación de algunas sojas, dada la enorme resiliencia de este vegetal.
Y la de maíz, cultivo particularmente sensible a la falta de agua, con suerte alcanzará un volumen de 40 millones de toneladas.
En consecuencia, la oferta de divisas en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) probablemente caiga algo así como 15 mil millones de dólares.
En tanto, en el mercado de Chicago de este lunes, los precios tendieron a la baja. Los valores de la soja se redujeron por cuarta jornada consecutiva.
La principal razón hay que buscarla en las benéficas lluvias caídas en la Argentina que sacaron de terapia intensiva a buena parte de la soja e incluso del maíz y los pronósticos de nuevas precipitaciones para esta semana.
El ágil progreso de la cosecha de soja en Brasil, que promete un volumen de 150 millones de toneladas es también un elemento bajista en los precios internacionales.
No ayuda al sostén de los precios, la festividad por el Año Nuevo Chino que limita la demanda.
Por la misma razón, es decir por las lluvias acaecidas en la Argentina y los pronósticos, los precios del cereal cayeron en Chicago.
Algo debe haber contribuido, también, el reciente comportamiento del real respecto al dólar.