Finalmente, el Tata Dios se acordó de nosotros.

Y llegaron las lluvias.

Los pronósticos hablaban de lluvias para el 9 y el 10 de este mes. Pero, llegaron muchos antes.

¿Será cierto aquello de “Dios aprieta, pero no ahorca”?. A juzgar por este comienzo de año, pareciera que sí.

No llegaron en la dimensión necesaria pero sí suficiente como para abrir una puerta de esperanza. Una esperanza que, lamentablemente, aspira apenas a alcanzar una cosecha mediocre.

Porque el cuadro, ciertamente, ha mejorado. Pero no radicalmente.

La sequía de esta campaña no es como cualquier otra. Es muchísimo más crítica. ¿Por qué?

Porque el actual es el tercer año consecutivo que sufre las consecuencias de La Niña. Se trata un período de tres años que nos deja en situación lastimosa.

La actual campaña, entonces, transcurre con escasísimas reservas de agua en los suelos.

¿Qué se puede esperar con el 60% de la soja de primera en condiciones de regulares a malas? Y con buena parte del área aun sin sembrar.

La situación es relativamente peor que en el período 2008/09. En aquella oportunidad se estimaba, al inicio, una producción de 50 millones de toneladas. Y finalmente fue de tan solo 31 millones.

Como vemos, no solo perderán los agricultores y los ligados a este eslabón. También lo hará el Gobierno, pues los ingresos por exportaciones y por derechos de exportación y demás impuestos se reducirán drásticamente.

Para colmo de males, una buena parte ya fue comercializada por el famoso programa de estímulo a la exportación.

Como venimos afirmando, solo en el caso de la soja, es probable que la cosecha no llegue a superar el volumen de 35 millones de toneladas.

Y no se cumplirá la expectativa del Gobierno de que el cuadro productivo quede compensado por una mejora de precios.

La razón principal está acá: la situación del país no se replica en Brasil, como sucedió en las campañas 08/09 y en la 20/21.

Ahora hay una enorme diferencia. Brasil tendrá una buena cosecha y ello no permitirá una mejora de precios. Es decir que la compensación brillará por su ausencia…

Esto, en un escenario optimista. Porque en uno pesimista, hay que aguardar una baja en el nivel de precios que, actualmente, está sostenido en buena parte por la expectativa de bajos rendimientos en nuestro país.

En tanto, este lunes el mercado local transcurrió de forma tranquila. Fundamentalmente, por el feriado por Año Nuevo en EE.UU. por lo que no hubo operaciones en Chicago.