La encrucijada a la que nos enfrentamos viene por el lado de la oferta.

¿Qué está pasando?

Gran fiasco: las esperanzas de mejorar el panorama productivo de la soja se diluyeron.

Es cierto que hubo lluvias. Pero, muy desparramadas. Y la zona núcleo quedó en gran parte marginada.

A consecuencia del cuadro climático, el dólar-soja II se fue “desinflando” por la incertidumbre generada por la sequía imperante, además de que el stock, luego del dólar soja I, quedó más reducido.

El viernes se auguraban cuantiosas precipitaciones. Pero, el sábado los vientos rotaron al sur y la situación cambió.

Si bien se moderaron las temperaturas, las lluvias solo beneficiaron determinadas zonas.

Las mejores precipitaciones cayeron en algunos corredores del sudeste de la provincia de Buenos Aires. Y algo, también, en el norte y oeste de Córdoba. Además, el noroeste quedó favorecido.

Las expectativas de mayores precipitaciones, para fin de año, son escasas. Así opinan los que saben. Y el ánimo de los productores está por el piso.

En estas circunstancias, es válido estimar un techo de producción apenas superior a un volumen de 38 millones de toneladas. Y de seguir así, no debería sorprendernos que la cosecha solo logre 35 millones.

Este cuadro productivo, más los resultados de los programas dólar-soja I y II, lleva a pensar en un próximo problema financiero a nivel nacional. La economía en los próximos meses se complejizará.

¿A qué nos referimos?

En primer lugar, veamos el problema que genera este programa financiero.

El programa incentiva el adelantamiento de ingresos en desmedro de los futuros.

Es decir que se está vendiendo soja que, en gran parte, se habría vendido en los meses de febrero o más adelante.

De esta forma, el programa hace que se coman ahora los ingresos del año que viene. Así la

situación se complicará más adelante.

Y, por otra parte, no quiebra la expectativa de una próxima devaluación. Cosmética pura, con un problema que se agrandará.

Esta sería una de las razones de la mejora de la soja en posiciones futuras.

El programa impulsa las cotizaciones del mercado a término. Por ejemplo, la posición enero del mercado local muestra una considerable mejora, por el pase Dic/Enero.

Mientras tanto, sigue el déficit fiscal financiado con deuda externa. Mientras tanto, la deuda interna en pesos sigue para financiar el agujero fiscal así como la emisión monetaria que deriva en mayor inflación.

El otro elemento es de la producción futura que, hoy por hoy, no deja esperanzas para superar el nivel 40 millones. Con suerte apenas se llegaría a 38 millones de toneladas.

Los meses venideros se presentan muy complejos. Habrá menos soja (granos, en general)para vender.

Vamos un segundo al plano global, para finalizar: una reflexión. La guerra sigue en Ucrania.

No hay que olvidarse de ello.

Ahora este país estima que su cosecha ha caído alrededor de un 40% en comparación con 2021.

En el año 2021, la cosecha de granos alcanzó un récord histórico con 106 millones; pero este año, apenas alcanzaría un volumen de 65 millones de toneladas.