Una de ella es el Manejo Integrado de Plagas (MIP) que, apoyado en los principios ecológicos que incluye la integración de diferentes componentes y habilidades de control, ya sean culturales, biológicas y químicas, buscan reducir las poblaciones de la o las plagas que afectan un cultivo.
“El objetivo del MIP es conseguir niveles que no causen daño económico y permitan su producción y comercialización en forma competitiva”, explicó la investigadora Nancy Vitta, sobre el trabajo que lidera en la zona central de Chile para reducir insectos que perjudiquen los predios agrícolas de pequeños y medianos agricultores, principalmente de hortalizas.
Para ello, en el documento presenta algunas prácticas y recomendaciones, advirtiendo que se puede disminuir el daño de los enemigos naturales por los plaguicidas mediante tres métodos: la reducción de la cantidad o la frecuencia de aplicación; el empleo de los plaguicidas fisiológicamente selectivos que son más seguros en contra de los enemigos naturales; y la alteración de las técnicas de aplicación para reducir el contacto de los productos químicos con los organismos benéficos.
Además, la profesional de INIA La Platina subraya que siempre se debe tener en cuenta cuando se utilicen plaguicidas varias cosas, como por ejemplo conocer la regulación nacional de las aplicaciones, leer bien y seguir las instrucciones. usar elementos de protección personal, aplicar a favor del viento, guardarlos en una bodega con llave fuera del alcance de niños, entre otros.


