En primer lugar, la transición desde el sistema de media res al cuarteo fue anunciada en abril de 2021 y postergada en más de oportunidad. Lo que nos demuestra que hubo tiempo suficiente, y programas de incentivo, para que los frigoríficos puedan sumarse a esta evolución en la industria de la carne.

Dicho esto, afirmamos que no hay argumentos sólidos para seguir esperando. Implementar esta medida ofrece tantos beneficios para los consumidores, trabajadores, comercios y frigoríficos que cualquier maniobra para obstaculizar este paso hacia el futuro solo los perjudicará.

En segundo lugar, el cuarteo ofrece ventajas sanitarias al evitar el arrastre, y además permite una mejor trazabilidad de cada pieza para ampliar las garantías a los consumidores. La comercialización a través de medias reses genera que la carne esté expuesta a contaminación con bacterias patógenas, como la Escherichia coli, que puede causar graves enfermedades especialmente en chicos. El envasado al vacío no es obligatorio pero se aconseja porque significa protección para quien consuma la carne.

El Estado destinó 100 millones de pesos, a través de créditos, para la adecuación y hubo frigoríficos que se sumaron a esa asistencia para estar en línea con la evolución que se hizo. Tenemos muchos años en el rubro frigorífico y podemos garantizar que la inversión necesaria para adecuarse a la evolución propuesta por el cuarteo es casi imperceptible para las empresas del mundo frigorífico, incluso si se tratase de las unidades más pequeñas del sector. Se ha demostrado con cifras y datos del mercado que no es necesaria ninguna inversión significativa.

La aplicación del cuarteo es de tal sencillez que resultaría muy difícil que cierren establecimientos. Por el contrario, operar con el sistema de medias reses implica no solo negarse a un sistema mucho más eficiente, sino que además obliga a los trabajadores de esas empresas a continuar con condiciones laborales que dañan sus cuerpos y provocan lesiones permanentes que los expulsan prematuramente del mercado laboral.

El mercado argentino está desarrollado de tal manera para que en los frigoríficos nacionales y provinciales no exista una concentración. La implementación del cuarteo es tan sencilla que con una inversión mínima es posible adecuarse e incluso ganar nuevos mercados externos que trabajan sobre esta forma más actualizada de producción. En el Consorcio ABC centramos nuestra actividad en la exportación de manera que no aspiramos a ocupar espacios que le corresponden a unidades de cada localidad y provincia.

La medida mejora la eficiencia del mercado, favorece a los trabajadores, ayuda a una mayor seguridad sanitaria, evita desperdiciar un 10% del producto como sucede con la media res y mejora la oferta para comercios y consumidores. Todo proceso de modernización tiene oposiciones, pero en este caso carecen por completo de argumentos para sostenerse.

El cuarteo va en línea con la Organización Internacional del Trabajo, que reclama por la salud de los trabajadores. El ABC se adopta al cuarteo porque es una norma usada en mercados del exterior con los que operamos y en la adaptación a esa cultura hemos encontrado solo ventajas que queremos aportar al mercado local.

Quienes se oponen son una minoría que busca frenar una evolución que se dará de todos modos, porque los argumentos a favor son irrefutables y sostenidos por cifras y datos verificables.

Somos más los que apoyamos el cuarteo. Hay frigoríficos fuera de nuestro consorcio, especialistas de diferentes disciplinas sanitarias, laborales y ambientales, y por sobre todo los trabajadores y sus representantes. El consenso es muy amplio y excede la coincidencia con los funcionarios. Esto nos alienta a seguir colaborando con acciones que solamente pueden significar la modernización del mercado argentino de la carne.

Fuente: Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas – ABC