La Argentina ha logrado cultivar 1.321.912 has de plantaciones forestales de rápido crecimiento, teniendo uno de los índices de productividad más altos del mundo, pero el precio para el productor más bajo del mundo, además de un déficit histórico de la balanza comercial del sector por la incapacidad de procesar industrialmente la madera disponible.

De contar con la legislación que nos aproxime a lo realizado por los países vecinos se pueden lograr inversiones que superan los USD 3.000 millones cada una, generan innumerables puestos de trabajo y contribuyen como pocas a la reducción de los impactos negativos del cambio climático.

Stock de madera disponible

Los análisis efectuados por la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial del MAGyP detectaron una superficie forestada de 1.321.912 ha distribuidas como se observa en la Figura 1.

El crecimiento medio ponderado de esta masa forestal es de 32.651.226 m3/año, o sea 24,7 m3/ha/año.

Si bien existe una importante superficie de montes que ya han excedido su turno de corta ideal y que no han sido cosechados, fundamentalmente por falta de capacidad industrial, asumiendo una edad media de solo 8 años se estaría disponiendo de un stock total de madera en pie de 261.209.808 m3.

Si le asignamos un valor medio de 15 USD/m3 en pie, el valor del stock de madera en el país es de USD 3.918.147.120.

Una parte muy significativa de estos casi 4.000 millones de dólares se han logrado con un fuerte estímulo del Estado Nacional, pero con un gran esfuerzo de productores que apuestan a un negocio de mediano a largo plazo, implantando un cultivo que van a cosechar a los 10 ó 20 años, a cambio de los tradicionales seis meses que demandan la mayoría de los otros cultivos agrícolas.

Balance oferta- demanda

El 81% de la superficie forestada se encuentra localizada en la Mesopotamia y el Delta del Paraná. Su ubicación por especies se puede observar en la Figura 2 y en la Figura 3.
Dado la importancia cuantitativa de esta región, que es la zona núcleo forestal argentina, se limitará el análisis de la oferta actual de madera sólo a este sector del país.

En la Tabla 1 se detallan los volúmenes actuales de producción, la demanda y el saldo resultante.

A los efectos de completar el análisis y dada la posibilidad de utilizar los subproductos de los aserraderos en la generación de energía o en la fabricación de algún tipo de tableros, se agrega la última columna incluyendo parte de esta recuperación.

En la Figura 4 se grafica esta situación, donde se observa claramente que entre Misiones y Corrientes existe un superávit superior a los 15 millones de metros cúbicos de madera por año.

Importancia de la radicación industrial

Como se ha visto más arriba, hoy el país dispone de alrededor de 4.000 millones de dólares que se podrían monetizar inmediatamente si se dispusiera de la capacidad industrial requerida, ya que tanto el mercado local como el internacional tienen una demanda en continuo crecimiento.

En parte atado al incremento demográfico, como es el caso de los papeles sanitarios y las pastas para pañales. Y, fundamentalmente por el aprendizaje de las bondades de la utilización de la madera en la vivienda, y en muchísimos otros usos como las pantallas de teléfonos y otros elementos electrónicos, en los neumáticos, en tejidos y muchos otros nuevos productos generados en las nuevas biorrefinerías. Por otra parte, se deben tener en cuenta todos aquellos usos en los que la madera no es visible de manera directa, pero vale mencionar que la mayoría de la producción industrial se moviliza sobre pallets de madera cultivada y que una parte de la energía se genera en el país a partir de biomasa forestal.
La cifra mencionada sobre el valor de la madera se refiere a madera en pie, es decir antes de ser cosechada. Si se la industrializa, por ejemplo, en la fabricación de pasta celulósica, se multiplica por 8, y mucho más aún si pensamos en muebles u otros productos con mayor valor agregado.

De esta manera se estaría resolviendo el tradicional déficit de la balanza comercial del sector, cercano a los 800 millones de dólares por año y se reactivaría la economía regional con una alta demanda de mano de obra. Solo como ejemplo, una empresa radicada en el país acaba de anunciar un nuevo proyecto de fabricación de pasta en Brasil. Invertirán USD 3.000 millones y demandarán 12.000 empleos durante la construcción y 1.800 permanentes cuando comience a operar.

Una planta de pasta celulósica de escala mundial (1,5 millones de tn/año) requiere 7,5 millones de m3 de madera, con una facturación por encima de los USD 1.000 millones. Incluyendo la demanda para las calderas de energía, la demanda total alcanza a 10 MM tn/año. Eso requiere 333.333 viajes de 30 tn, que desde una distancia promedio de 150 km totalizan 100 MM km. Con un consumo de 35 l/100 km, a un valor de 1 USD/l de gasoil y 63% de carga impositiva, solamente por el combustible, la recaudación del Estado alcanza los 22,05 MM USD/año.

A eso se debe sumar que los 520 camiones requeridos deberán reponer 28.080 cubiertas por año, más aceite, filtros y otros repuestos, y que esas 520 unidades con sus camioneros hoy no existen, o sea que hay empresas que los deberán adquirir y contratar a todo ese personal. Adicionalmente al IVA de esas compras, como el costo total de esos fletes alcanzaría a 82,5 MM USD/año, solo el IVA de los fletes es 17,22 MM USD/año, más lo que el Estado recaudará por ganancias e IIBB.

Sin llegar a estos consumos hay otras industrias que también pueden absorber grandes cantidades de madera y ser muy demandantes de mano de obra, tales como mega aserraderos o plantas de generación de energía a partir de biomasa.

Al consumir 14.000 m3 anuales por cada MW generado, solamente las dos plantas de Gobernador Virasoro requerirán 1,2 millones de m3 anuales, además de contribuir al cumplimiento de los acuerdos internacionales asumidos por el país referido a la disminución del consumo de energías fósiles en la matriz energética.

Comparaciones regionales

En la Tabla 2 se observa la triste comparación de los montos exportados durante el año 2019 en la región.

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A esto debe sumarse lo comentado con respecto al déficit histórico de Argentina en el sector foresto industrial, especialmente debido a la importación de papeles marrones. Esta cifra se ha reducido levemente en los últimos años debido a la menor importación a causa de la caída de la actividad económica y por la incipiente exportación de madera en rollos (Figura 5).

Formas de reversión de la situación

Indudablemente, la manera de eliminar el déficit sectorial y lograr un importante ingreso de divisas es logrando la radicación de industrias que transformen la masa forestal ya disponible. Para eso, independientemente de las condiciones macroeconómicas del país, es imprescindible captar inversores ofreciéndoles las mismas ventajas que le han otorgado nuestros vecinos.

En principio se debe resolver la imposibilidad de adquirir al menos parte de la superficie de tierra requerida por el proyecto y otorgar beneficios impositivos, por ejemplo, mediante el establecimiento de zonas francas.

A los efectos de promover y facilitar las inversiones en el sector, el Estado Nacional brinda una serie de beneficios establecidos en la Ley 25080 y sus prórrogas, donde además de apoyos económicos para los pequeños y medianos emprendimientos, los grandes proyectos cuentan con exenciones impositivas, avalúo de reservas, estabilidad fiscal y otros beneficios que se suman a los que pueden brindar las provincias, como la eliminación del impuesto inmobiliario, tasas municipales, etc.

Productividad de las forestaciones

El mejoramiento genético de los géneros Pinus, Eucalyptus, Salix y Populus ha comenzado hace muchos años en el país, impulsado tanto por organismos oficiales como por las empresas privadas.

El resultado de esos trabajos de investigación permite lograr en la actualidad los crecimientos medios de las plantaciones mostrados en la Tabla 3.

Por Ing. Agr. Daniel Maradei

Fuente: Consejo de los Profesionales del Agro, Alimentos y Agroindustria