Roma - El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), QU Dongyu, trazó cinco medidas urgentes para frenar la crisis alimentaria mundial y transformar los sistemas agroalimentarios, al intervenir en la Conferencia Ministerial del G7 "Unidos por la seguridad alimentaria mundial".

Entre las principales amenazas a la seguridad alimentaria mundial y al funcionamiento de los sistemas agroalimentarios, Qu citó la pandemia de COVID-19; la interrupción mundial de la cadena de suministro y el aumento de los costes de los principales productos básicos; la guerra en Ucrania, y otros diez conflictos y crisis humanitarias principales en todo el mundo y sus consecuencias perjudiciales.

“La situación se ha agravado aún más por la disminución a largo plazo de las inversiones en los sistemas agroalimentarios, que se enfrentan a la presión del cambio climático y el crecimiento de la población”, señaló.

"Corremos el grave riesgo de enfrentarnos a una crisis de acceso a los alimentos ahora, y a una crisis de disponibilidad de alimentos para la próxima temporada", dijo el Director General de la FAO.

Para hacer frente a esta situación, Qu expuso las siguientes medidas urgentes:

1) Es fundamental invertir en los países más afectados por el aumento de los precios de los alimentos. Además de la ayuda alimentaria, también es clave apoyar la producción local de alimentos nutritivos. En la actualidad, sólo el ocho por ciento de toda la financiación de la seguridad alimentaria en las emergencias y las ayudas de crisis se destina a ayudar a la producción agrícola.

2) Es necesario un mayor apoyo a la iniciativa de la Clasificación Integrada de Fases (CIF) de múltiples socios para mejorar el análisis y la toma de decisiones en materia de seguridad alimentaria y nutrición para ampliar la cobertura de los países.

La CIF proporciona información sobre la escala y la gravedad de la inseguridad alimentaria y la situación de hambruna. En 2021, el G7 reconoció la CIF como el "patrón de oro" para el análisis de la seguridad alimentaria, subrayando su papel como pilar fundamental de las respuestas mundiales al hambre. "La cobertura de la CIF debe aumentar de 46 a por lo menos 84 países que enfrentan una situación difícil", dijo Qu.

3) Los países deben fomentar políticas que aumenten la productividad, la eficiencia, la resiliencia y la inclusividad de los sistemas agroalimentarios. Esto requerirá una importante inversión financiera, estimada en un ocho por ciento del tamaño del mercado agroalimentario. El Director General de la FAO añadió que la inversión debe abarcar la infraestructura dura, la infraestructura de la cadena de valor, la innovación, las nuevas tecnologías y la infraestructura digital inclusiva.

4) Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos puede mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición. Los alimentos que actualmente se pierden y desperdician podrían alimentar a unos 1.260 millones de personas al año. "Si intentamos reducir el 50 por ciento de la pérdida y el desperdicio de alimentos, habría suficientes frutas y verduras para todos", subrayó el Director General. La FAO elaboró el plan integral de acciones para 52 países de la Iniciativa Mano de la Mano para alcanzar este objetivo.

5) Garantizar un uso mejor y más eficiente de los fertilizantes disponibles es de vital importancia. “Es crucial que todos los socios clave trabajen de forma coherente para que los agricultores dispongan a tiempo de los fertilizantes necesarios”, dijo Qu, instando a los países a mejorar la eficiencia de los fertilizantes para adaptarlos a los sistemas agrícolas locales. Por ejemplo, la rápida aplicación de mapas detallados del suelo ayudaría a los países más vulnerables a utilizar sus fertilizantes de forma más eficiente.

Al hablar de la transparencia del mercado y de la necesidad de estabilizar los precios, el Director General destacó la importancia de mantener abierto el sistema comercial mundial. Reiteró el compromiso de la FAO de mejorar la transparencia del mercado mundial a través del Sistema de Información del Mercado Agrícola (AMIS), que es una herramienta esencial para fomentar la confianza en los mercados mundiales.

La conferencia internacional fue organizada por el Gobierno alemán, representado por la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, la ministra de Cooperación Económica y Desarrollo, Svenja Schulze, y el ministro de Alimentación y Agricultura, Cem Özdemir. La conferencia reunió a ministros y representantes de un grupo diverso de países, entre ellos el G7, los campeones del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial de la ONU, los principales estados donantes y los países más vulnerables y afectados, así como a líderes de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas y de la sociedad civil.