En tanto, agregó que pueden seguir exhibiendo volatilidad en el mediano plazo como consecuencia del entorno geopolítico. En el largo plazo, una eventual resolución de problemas logísticos en las cadenas de suministros que trajo la pandemia, sumado a una eventual y parcial sustitución de las exportaciones de materias primas por parte de Rusia, podría ayudar al restablecimiento de cierta estabilidad de la oferta.

“Los altos precios actuales benefician a las economías en desarrollo al favorecer los ingresos de divisas, pero a la vez repercuten negativamente sobre las poblaciones que destinan mayor parte de sus ingresos a los alimentos”, sostiene.

Productores mundiales

Rusia es responsable del 12% de la producción mundial de trigo, 3% del maíz, 2% de la soja y 55% del aceite de girasol. Los efectos de las sanciones y de los problemas logísticos redujeron esta oferta desde el inicio del conflicto.

Ucrania, por su parte, produjo el 3% del trigo y 3% del maíz la temporada pasada. Sin embargo, durante el mes de marzo de 2022 las exportaciones de trigo fueron cuatro veces menores a las de febrero, mientras que la cosecha de invierno y la siembra de primavera siguen siendo inciertas.

A su vez, los exportadores buscan alternativas a la vía marítima, dados los bloqueos del ejército ruso sobre los puertos. Es por todo esto que los precios del trigo treparon 30% en el 2022 y los contratos futuros para adquirir el cereal en el corto plazo tienen un mayor valor que los de más largo plazo (backwardation).

La soja (+26,3%) tuvo menores aumentos en el 2022, ya que la dependencia global de la producción en la región del conflicto es menor. Adicionalmente los productores ven una mejor relación respecto a costos de fertilizantes en comparación con el trigo y el maíz. El USDA proyecta un aumento de 930 mil hectáreas de superficie para la temporada 2022/2023.

Fertilizantes

La guerra y otros factores preexistentes también restringieron la oferta de insumos para la producción de fertilizantes (amoníaco, nitrógeno, nitratos, fosfatos, potasa y sulfatos) incrementando los costos de producción agrícola y, en consecuencia, a los precios de los alimentos.

Es importante destacar que Rusia es el principal exportador mundial de fertilizantes nitrogenados y el segundo mayor proveedor de fertilizantes potásicos y fosfóricos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), y representa alrededor del 14% de las exportaciones mundiales del insumo, agrega Puente.

“Este es un aspecto clave para el escenario futuro de commodities agrícolas, ya que para poder suplir el faltante de las exportaciones rusas y ucranianas, es necesaria una mejora en los rindes de las cosechas de otros exportadores. Pero a su vez, para poder mejorar los rindes y la productividad hace falta el uso intensivo de fertilizante; recurso que hoy tiene un costo mucho más elevado que antes, dificultando precisamente esta dinámica de sustitución y, por lo tanto, dificultando la estabilidad de precios”, sostiene el análisis.

Fuente: Portal Fruticola