El centeno, después de la avena, es el cereal forrajero de invierno más sembrado en el país, ya que se lo utiliza mayormente para la producción de forraje y como cultivo de cobertura. Esta especie, posee menor potencial de producción de granos que los otros cereales de invierno. Don Tomaso INTA, es un desarrollo genético realizado por investigadores del INTA Bordenave –Buenos Aires– y registrado por el Instituto Nacional de Semillas, en abril de este año.

El alto potencial de producción de forraje de este centeno se debe a que posee una muy buena producción inicial de forraje, un excelente rebrote y una alta tasa de producción durante todo el ciclo, especialmente durante el invierno. Además, es de ciclo intermedio a largo y tiene un buen comportamiento para evitar el encañe cuando se siembra en fechas tempranas, similar a los cultivares de ciclo muy largo.

Fernando Giménez, coordinador del Programa de Cereales y Oleaginosas del INTA, explicó que “el centeno Don Tomaso INTA se caracteriza por su alta productividad, superior al resto de los cultivares, porque combina una alta tasa de producción de biomasa con un excelente rebrote y tolerancia a factores adversos”. Y agregó que, “se adapta a las diferentes regiones del país y a los diferentes sistemas de producción, como tambos, cría, engorde y también como cultivo de servicio”.

Estas características lo convierten en un centeno muy rústico, con un sobresaliente comportamiento a frío y a sequía y, al mismo tiempo, tiene una muy buena respuesta a condiciones ambientales favorables y a la fertilidad. “Estas cualidades combinadas explican su buena estabilidad productiva y su gran adaptabilidad a diferentes regiones y sistemas de producción”, puntualizó Giménez.

Principalmente se destaca en la producción de forraje como verdeo de invierno, bajo pastoreo directo y también para ser utilizado como cultivo de cobertura, mejor llamado cultivo de servicio. Posee un mayor potencial de rendimiento de biomasa, combinada con un excelente comportamiento a factores adversos y muy buenas respuestas a la fertilización y a los buenos ambientes.

De acuerdo con Agustín González, especialista del INTA Bordenave, “para su utilización como verdeo de invierno se recomienda sembrarlo la primera quincena de marzo, con densidades de 220 a 250 plantas por metro cuadrado, solo o combinado con vicia. En el oeste de la región pampeana es recomendable sembrar al menos un 30 % de centeno en el total de la superficie de verdeos de invierno, esto aumenta la estabilidad de la cadena forrajera, especialmente en años fríos y con baja cantidad de lluvias”.

A su vez, puede ser utilizado como cultivo de servicio, debido a que tiene una alta producción inicial de biomasa, es muy competitivo con las malezas y es de ciclo intermedio, lo que le asegura una alta producción total de biomasa. “Este equilibrio entre producción y ciclo lo hacen muy apto para la mayoría de los planteos de este tipo de cultivo”, señaló Germán González, especialista del INTA Bordenave.

El nuevo cultivar de centeno se comercializa bajo un convenio de vinculación tecnológica con la empresa Baya Casal S.A. y debe su nombre al Ing. Agr. Juan Carlos Tomaso –jubilado del INTA Bordenave– en reconocimiento por sus aportes a la agricultura regional y nacional.