Será una zafra histórica y todo está dado, si el clima sigue acompañando, para superar los 3 millones de terneros en 2022. Mayor nivel de celo en vaquillonas (más ciclicidad) en la gran mayoría de las zonas, campos que están respondiendo a las lluvias y productores con mejor ánimo, dispuestos a jugarse la camiseta para obtener más terneros, hacen pensar que las inseminaciones de vaquillonas y ganado soltero, así como el entore en el rodeo de cría, serán exitosos.

Precios récord para el ganado gordo, mercados activos y señales desde el Ejecutivo que estimulan la inversión, conforman un combo perfecto para incentivar a los ganaderos a continuar creciendo y consolidar los cambios que el sector ha venido mostrando hasta el momento.

“Hay una mejora en la estructura de la cría y una mayor atención a las categorías de recría. Se nota un ambiente muy particular por entorar todo lo que se pueda y un gran interés por obtener buenas preñeces”, afirmó a El País Santiago Bordaberry, veterinario que desarrolla su actividad en la zona centro sur y además es productor ganadero.

El profesional reconoció que “todo el estímulo que está teniendo la cría, se ve reflejado en productores que están entorando vaquillonas que han sido bien cuidadas, bien criadas, que comieron bien en el primer y segundo invierno, logrando mejor desarrollo”.

Esos cambios marcan una evolución muy favorable y el productor “está aprovechando este estímulo general que ha tenido de parte del mercado con valores tan buenos, para preparar mejor sus vaquillonas”, explicó Bordaberry. En la zona centro sur, el ganado está muy bien y especialmente las vaquillonas, donde aumentó el nivel de ciclicidad (los vientres presentan celo regular cada 21 días) y “los resultados van a verse, porque eso redunda en más preñeces, en preñeces más tempranas y más tiempo para que se recupere para el segundo servicio”, remarcó Bordaberry.

Hay una demanda importante por todas las categorías de ganado y más acentuada por vientres. Los buenos precios del ganado empujan para que se cuiden mejor los rodeos y aceleran cambios notorios en la estructura del rodeo.

Las recientes lluvias le dieron un empujón grande a las pasturas y especialmente al ánimo del productor, que aún teme por los anuncios de un año Niña (con menor lluvia que lo normal). “Las vacas están mejor que otros años”, sostiene Bordaberry, según lo que está viendo a lo largo de su trabajo en los predios.

El invierno no fue tan duro como los últimos dos y la primavera más generosa. “Las vacas parieron con fuerza y están recuperando -según las zonas-, porque hubo algunas en las que llovió mejor que otras. Siempre hacemos la diferenciación, en campos de basalto donde empiezan a venir en agosto, septiembre y octubre son muy importantes y se aprovecharon con buena pastura”, explicó el veterinario.

Por otro lado, los campos más de verano, “necesitan de las lluvias más tardías y están medios jugados a como venga el tiempo. En el basalto se hizo pasto y se acomodó el ganado. Las vaquillonas están buenas, bien criadas, agarraron una primavera buena que las levantó mucho y tenemos una buena expectativa para el servicio”, detalló el profesional y productor de Durazno.

Viento de cola. La faena de bovinos cerrará 2021 con niveles históricos y seguramente récord (ya se superaron los 2,55 millones de cabezas), la exportación de ganado en pie sigue activa y al mismo tiempo se servirán más cantidad de vacas. “Hay una modernización del entore, animales más jóvenes y mayor volumen de vientres entorados. Todo esto es producto de dos años de estímulo directo en lo que tiene que ver con los valores y con una señal muy importante de parte del gobierno de salir a buscar mercados, de tratar de vencer las barreras que nos impiden exportar más”, analizó Bordaberry.

Todo eso generó un ambiente muy favorable para la cría, segmento integrado -mayoritariamente- por pequeños productores familiares que trabajan sobre campo natural y es parte de la explicación de la buena zafra de toros y de los valores que lograron los reproductores.

Siguen avanzando las inseminaciones y algunos entores

Buena señal. A su vez, en Treinta y Tres y Cerro Largo, que conforman parte de la zona noreste, también hay buenas señales y la zafra ya arrancó con todo.

“Hace tiempo que no empezábamos a inseminar vaquillonas en octubre en el noreste y comenzó con varias inseminaciones a mediados de octubre. El servicio arrancó con mucha fuerza y los productores están apostando todo”, afirmó Pablo Marinho, otro de los profesionales referentes para el segmento de la cría, que al igual que Bordaberry y muchos otros colegas, aportan sus datos al Taller de Gestación que organiza el INIA Treinta y Tres, impulsado por la especialista Graciela Quintans, investigadora de INIA.

En el noreste los ganados hace rato que están prontos y la zafra avanza a ritmo de vértigo. “El año pasado estábamos atrasadísimos pero esta es una zafra muy intensa, la gente quiere y quiere”, dijo Mariño. En estos departamentos comenzaron también los entores, además de las inseminaciones de vaquillonas y ganado soltero.

A su vez, los ganados de cría que parieron temprano “están manifestando buenos niveles de celo”, ayudados por las lluvias, que siempre aportan la esperanza de contar con una buena primavera que ayude a preñar, con campos que aporten buena comida y la vez, que esa buena alimentación, permita mantener la ciclicidad. “Vamos entrando en una zafra que tiene una intensidad muy fuerte y el productor muestra muy buen ánimo”, remarcó Marinho.

Otro aspecto importante es que los costos de las inseminaciones son iguales a los del año pasado, pero se nota una suba en el costo de la mano de obra (técnico inseminador).

El precio de las hormonas (usadas para sincronizar celo) bajó y de alguna forma, compensa ese incremento en la mano de obra que se está dando en todas las zonas. Eso hace que se apueste más a realizar inseminaciones a tiempo fijo (IATF) y menos a la inseminación artificial tradicional, con detección de celo (a celo visto), que son más prolongadas en el tiempo. Se puede decir, que sin contar el semen, el costo promedio por vaca ronca los US$ 25 por vaca.

En el este, la inseminación todavía no comenzó

En la zona este, muy afectada por la sequía el año pasado, las cosas van mejorando, pero todavía no comenzó el servicio, pese a que los campos respondieron con las lluvias y el estado corporal del ganado repuntó.

“Recién está comenzando todo. Estamos con las sincronizaciones de celo previo a las inseminaciones. Los servicios en vaquillonas comenzarán en unos 10 días”, afirmó Emilio Machado, otro de los veterinarios con larga experiencia que aporta sus datos al Taller de Gestación de INIA Treinta y Tres. En 2021, según los datos que presentaron Emilio Machado, junto con Jorge Rivero y Carlos Redín, integran Campo XXI, los diagnósticos de Rocha, pese a la seca, mostraron en 2020/21 un promedio muy parecido al del servicio anterior.

Hubo casi 10 veces más vacas falladas que el año anterior. Se venía de una zafra muy complicada. En vaquillonas de primer entore, según se mostró en el Taller de INIA Treinta y Tres (2021), los promedios fueron más bajos que en la zafra 2019/2020, pero esta categoría venía con dificultades al momento de presentar celo y tuvo porcentajes más bajos de preñez. Costaron mucho las inseminaciones, por más que en los predios se recuperaron los ganados. Había caído 5% la preñez en vaquillonas y el año pasado se venía de un porcentaje que ya era bajo. Hoy todo parece haber cambiado para bien.

Machado reconoció que, en principio, “las vaquillonas están muy buenas en todos lados y somos optimistas. Mejorando lo del año pasado ya es bastante”, reconoció el veterinario.

El año pasado la sequía provocó desastres, atraso en las inseminaciones y luego mortandad de ganado por la falta de comida.

Las lluvias le cambiaron el ánimo al productor y los campos siguen recomponiendo forraje. “Todo va andar bien”, dijo optimista Machado.

Alta demanda por IATF, aún con uso de Estradiol suspendido

El uso de la inseminación artificial y especialmente, a tiempo fijo (IATF), ha venido creciendo en los últimos años y aún hoy, con el uso del Benzoato de Estradiol suspendido, “continúa ese crecimiento”, afirmó a El País el Dr. Guillermo de Nava, veterinario con amplio prestigio en el segmento de la cría.

Este especialista realizó algunos trabajos científicos con IATF, pero usando estrógenos (GnRH) en lugar de Benzoato de Estradiol, que sigue prohibido por el MGAP, respondiendo a exigencias de la Unión Europea. Los resultados de esos ensayos los presentó en las Jornadas de Buiatría 2021, en Paysandú. En ese sentido, los resultados preliminares, tanto en vaquillonas como vacas con cría, “permiten inferir que el protocolo modificado que sustituye el Benzoato de Estradiol (BE) por GnRH al inicio de los programas que hemos reportado, podría alcanzar resultados satisfactorios sin sacrificar demasiado las tasas de preñez finales”. La realidad es que todavía falta mucho por investigar.

“Hay un interés creciente en el productor por lograr mayores índices de preñeces. Eso es lo que se ve hoy”, remarcó el profesional.

Respecto al estado del rodeo y el nivel de ciclicidad en vaquillonas previo a las inseminaciones, cuando llevan revisadas 6.715 vaquillonas, la ciclicidad este año “nos da superior al año pasado. La tasa de anestro en esas vaquillonas es del entorno de 14%, cuando el año pasado era 27%”, explicó de Nava, haciendo referencia a predios del litoral. Cabe aclarar que la zafra recién comienza y el panorama puede cambiar, porque noviembre es un mes clave en las inseminaciones y sincronizaciones de celo para realizar las IATF.

Por otro lado, a nivel de vacas de cría -por lo general- los rodeos están bien y la situación comparada con la que se tenía el año pasado es un poco distinta según las zonas y dependiendo del régimen de lluvias. “En Tacuarembó y Cerro Largo estamos con un escenario mejor que el año anterior, pero en Salto y Paysandú, la situación es un poco peor en cuanto a oferta forrajera. El año pasado había llovido más en esta zona”, agregó el especialista. Las recientes lluvias tampoco fueron parejas. Hubo establecimientos que recibieron 200 milímetros y otros que no recibieron nada. Cuando la oferta forrajera está comprometida la lluvia pesa fuerte.