Si vemos el mapa de lluvias acumuladas proyectado hasta mediados de la semana próxima, rápidamente comprobamos que la oferta de agua es realmente pobre y si se dan algunas lluvias más generosas, no serán precisamente las provincias del centro las que cuenten con mejores chances de ser receptoras de estos nuevos aportes pluviales.

Sobe este panorama, las últimas jornadas de octubre y en general la transición hacia el mes de noviembre no muestran cambios significativos en los volúmenes que ofrecen los modelos de gran escala. Está claro que a medida que nos extendemos en el tiempo de pronóstico, las soluciones suelen tener menos eficiencia, mayor volatilidad y eventualmente pueden aparecer correcciones más generosas.

Entendiendo esto, debemos tener el contexto ambiental para el análisis de las salidas de los modelos de pronóstico. Tras las lluvias previstas para este viernes, puede venir algo de frío, incluso con alguna helada débil sobre el sur de la región pampeana (no hay riesgo para los trigos de la franja central). Para la próxima semana las temperaturas vuelven a crecer, incluso pueden alcanzar valores veraniegos en gran parte del centro norte del país. El punto más significativo es que la atmosfera se mantendrá muy estable, posiblemente con influencia anticiclónica, lo cual potencia la continuidad del patrón deficitario. Es decir, no se perfilan semanas consecutivas libres de lluvias, pero si alejadas de los volúmenes que pueden considerarse característicos de esta época.

Con las lluvias previstas para lo que resta del mes de octubre, sólo sobre el norte de Corrientes y Misiones, los acumulados alcanzarán valores normales o incluso superiores a los mismos. Teniendo en cuenta esto, volvemos a enfatizar acerca del oportunismo de las lluvias de entere treinta y cuarenta milímetros que se observaron la semana pasada sobre el núcleo triguero del centro del país. Dado que no parece haber riesgo de heladas tardías para este sector del país en particular, las áreas trigueras del núcleo que aporta a Rosario, deberían lograr una performance de rendimiento en torno a los valores normales, quizá con matices positivos sobre el sudoeste entrerriano y algo menos satisfactorio hacia el oeste de CB.

Bajo las circunstancias expuestas, el avance de la siembra de soja en las fechas tempranas puede verse condicionada. Como mencionamos la semana pasada, estamos dentro del período donde el efecto Niña tiene mayor impacto negativo sobre la oferta de agua. Estimamos que la floración de trigo ya viene encaminada, para las siembras de soja el escenario posiblemente es más complejo y en muchos casos la escasez de precipitaciones, necesariamente impondrá reordenamiento de fechas. El seguimiento de los pronósticos de corto y mediano plazo será una herramienta decisiva en el próximo mes.