La vitreosidad del endosperma del grano de maíz no tiene efecto sobre la producción y composición de la leche, el comportamiento alimenticio ni el pH ruminal en dietas ricas en almidón. Por otro lado, si bien el molido fino del grano de maíz disminuyó la producción de grasa en leche (kg/d), dicho efecto fue consecuencia directa de una merma en la producción de leche, y no debido a un efecto del procesamiento sobre la concentración de grasa, destaca el trabajo.

El maíz, clave en la lechería intensiva

El grano de maíz (GM) es ampliamente usado en la alimentación del rodeo lechero, como fuente de almidón, para incrementar la densidad energética de la dieta. Los gránulos de almidón están contenidos en el endosperma (EP), el cual representa no menos del 80% del total del peso del grano seco. La digestibilidad del almidón es afectada por el tipo de EP -vítreo o harinoso- y el grado de procesamiento del GM. Relativo al EP harinoso, el vítreo -debido a su estructura- limita la digestión enzimática del almidón. Por lo tanto, al romper dicha estructura, el procesamiento del GM facilita la digestión del almidón. El objetivo del estudio fue evaluar los efectos del tipo de EP del GM y de la finura del molido sobre el consumo de materia seca (CMS), el comportamiento alimenticio, la fermentación ruminal y la respuesta productiva de vacas en lactancia media.

El trabajo incluyó 8 vacas Holstein multíparas, con 132 días en leche, provistas de cánulas en rumen e intestino. Las vacas fueron mantenidas en boxes individuales, con cama de aserrín, y ordeñadas dos veces al día. Se emplearon dos híbridos de GM contrastantes en la concentración de EP vítreo: 66,4% (vítreo) vs 24,5% (harinoso) y, para cada híbrido, se evaluaron dos tamaños de molido, fino y mediano. De esta manera, se testearon 4 dietas, donde la media geométrica del diámetro del molido fue: para el híbrido vítreo, 1,083 vs 1,111 µm, y para el harinoso, 1,023 vs. 1,088 µm. La ración totalmente mezclada (sobre una base seca) incluyó: silaje de alfalfa (40,9%), GM (38,9%) y harina de soja (8,92%), entre otros ingredientes.

La composición nutricional fue: FDN (27%), PB (18%) y almidón (29%), donde el GM suplementó el 86 % del almidón dietario. El CMS no fue influenciado por la finura del molido. Sin embargo, en comparación al vítreo, el GM harinoso tendió a disminuir el CMS (23,8 vs 25,1 Kg/d). Si bien el GM vítreo redujo la frecuencia diaria de comidas, la mayor diferencia – en comparación al GM harinoso – se observó para el molido fino (9,57 vs 9,41 comidas/d).

El resto de las variables de comportamiento alimenticio no fueron modificadas

Relativo al GM vítreo, el harinoso incrementó la concentración total de ácidos grasos volátiles (AGV, 148 vs 144 mM), como consecuencia directa del incremento del propionato y, en menor medida, del butírico.

Por otro lado, el procesamiento del GM no afectó la concentración de los AGV. No hubo modificación del pH ruminal (6,38) ni del tiempo que el mismo estuvo por debajo de 5,8 (54 min); sin embargo, la variabilidad del pH fue menor para el GM vítreo que para el harinoso. El cambio de peso vivo cada 21 días (+ 13 kg), así como, la eficiencia de conversión (1,39 kg. leche/kg MS) no fueron afectados por la dieta. Relativo al GM molido mediano, el molido fino disminuyó la producción de leche – corregida por grasa al 3,5% – (33,1 vs 35,1 kg/d), pero no modificó la composición. Por otro lado, el tipo de EP no afectó la producción ni la composición de la leche.

A pesar de que la diferencia del diámetro entre los dos tamaños de partículas evaluados (fino vs. mediano) -para cada tipo de EP- fue menor a la esperada según la observación visual, el tamaño del molido -a diferencia del grado de vitreosidad- fue capaz de modificar la producción de leche.

Por Gustavo Bretschneider (Vet. M.Sc. Ph.D) – AER INTA Necochea
Fuente: Todo Lechería