El por qué se debe a que el equipo ha conseguido sus triunfos en base a una trayectoria a la que no estamos acostumbrados los argentinos, o que en otros casos no le damos la importancia que tiene.

Paso a explicarme: Por supuesto que la simpatía y compañerismo de las integrantes han encantado a los argentinos; pero los logros de Las Leonas no son por una cuestión de imagen sino el resultado de años de trabajo; el que han realizado en equipo y cuyo resultado y estrategias han ido transmitiendo a las reemplazantes que las sucedieron y que -al menos ante el común de la gente- se las ha visto actuar sin reproches o peleas internas graves. También, según ellas mismas cuentan, tienen un muy buen diálogo entre ellas para generar estrategias y ubicarse en cada partido, sin pensar en el brillo personal sino en el triunfo del equipo.

Sus éxitos han sido en base a esfuerzo, sacrificio y profesionalismo -y lo que siempre su entrenador siempre ha mostrado como uno de los mayores logros-, la humildad que siempre demuestran el equipo y, finalmente, una prudente confianza; prudente porque si bien confían en el equipo, saben valorar a sus contrincantes y no se duermen en los laureles conquistados, es más, saben sacar fuerza de sus derrotas para los próximos partidos como lo demostraron en las olimpíadas de Tokio. Todo eso coronado con la alegría en cada logro que han conseguido. Esta ha sido su “marca registrada”.

Si vemos las virtudes anteriores enseguida notamos que soy muy parecidas a la de la actividad rural, la diferencia con ésta es que “no hay trabajo en equipo” con los gobiernos de turno y el resto de la sociedad que suponen que se puede jugar cambiando contantemente las reglas de juego y a veces hasta en el entretiempo de un mismo partido, como son la prohibición intempestiva de exportar carne, los aumentos de la retenciones luego de sembrado o el cambio de la ley de biocombustibles reduciendo el porcentaje de éstos en los combustibles ola movida de Vicentín. Sin falta de reglas de juego claras y duraderas -como han tenido en general Las Leonas- es imposible conseguir los logros que ellas han tenido. La prueba al canto es que precisamente hemos perdido muchos puestos frente a los restantes países del mundo en la producción agropecuaria.

Por supuesto que el ejemplo de falta de reglas de juego en la actividad rural se reproduce también en otras actividades económicas y sociales del quehacer nacional que impiden que el esfuerzo de su “jugadores” tenga resultados.

Si como país y como sociedad siguiéramos el ejemplo de Las Leonas, a no dudarlo que llegaríamos -con el tiempo que es algo que la impaciencia de los argentinos no quiere aceptar- a estar cerca de los victorias que ellas han conseguido y del sano orgullo que tienen por su equipo.

Por eso no sólo debemos darles gracias por su ejemplo como meros espectadores, sino también “ponernos la camiseta”, “entrar a la cancha” con los valores que ellas nos muestran y que han sabido mantener durante décadas.

Gracias Leonas.

Por Javier Reigada E. - Abogado y productor rural