TENDENCIAS CLIMÁTICAS

Las condiciones de neutralidad del indicador ENSO (El Niño/La Niña) siguen dominando, no hay forzantes de gran escala activos que contribuyan a la escasez de precipitaciones que domina la gran escala, no solo de Argentina, sino en gran parte del sudeste de Sudamérica. Respecto del mes pasado, la cuenca central del Pacífico Ecuatorial, no presenta anomalías frías destacadas.


Los pronósticos para el indicador ENSO siempre son muy relevantes, pero dadas las circunstancias actuales, los mismos generan gran expectativa. Básicamente el potencial “rebote” del mismo desde la neutralidad hacia La Niña, es lo que se está monitoreando y modelando. Las soluciones por lo pronto se mantienen más cercanas a la neutralidad, pero de tomar otra posición, lo más probable es un movimiento hacia un evento frío. Es decir un regreso a La Niña. Esperaremos para ello la confirmación o no de las soluciones que se publicaran a mediados de mes y lo detallaremos en un informe especial.

En el mapa de anomalías superficiales de los océanos, se observa un incipiente enfriamiento del litoral atlántico del sur de Brasil y de Uruguay. Esta es otro factor sensible para gran parte del sudeste de Sudamérica, dado que un crecimiento del área fría puede fortalecer el sistema de alta presión.

Esto en principio puede no tener un correlato negativo, siempre que el centro más intenso de la zona de alta presión se mantenga sobre el océano, lo más lejos posible de la costa. A medida que este toma sectores continentales la situación se complejiza, dado que es un factor estructuralmente estable para toda la atmosfera de su zona de influencia, que coincide con vastas zonas de la cuenca del plata, muchas de ellas de gran productividad agropecuaria.

Un ejemplo sencillo esta situación es el evento pluvial observado este último domingo y lunes. Un sistema frontal, avanzando desde el sur encontró una vasta zona de la franja este del centro norte del país con una atmósfera muy cargada de humead. Las precipitaciones se concentraron mayoritariamente en el noreste de BA y centro sur de ER, sin embargo las mismas decayeron significativamente a medida que el frente se movió hacia el norte. No es que la atmosfera tuviera menos humedad en estas áreas, es que su estructura vertical se mantuvo muy estable por la influencia del anticiclón. Esto impacto deficitariamente en la oferta de agua.

Cuando esta situación se vuelve persistente, las deficiencias pluviales son generadas por la dinámica regional y no por la presencia del fenómeno La Niña. El efecto es igual de indeseable pero tiene una dinámica mucho más volátil, lo cual también incluye la posibilidad de correcciones favorables.

El mes de agosto no se perfila con cambios en la distribución de lluvias. Es decir, de concretarse, las mismas tenderán a preferenciar el este. Mesopotamia, este de SF, BA, deberían recibir algo de agua durante el mes. Descontando el noreste de BA, bien posicionado para el evento de corto plazo, el resto del área sumará en forma modesta. Favorablemente el ingreso de aire frío tras el pasaje frontal no es demasiado intenso, salvo para la provincia de BA, donde las heladas regresarán en forma intensa.

Estamos transitando una situación compleja y es posible que la misma quede instalada en la primavera. Las zonas con mejor disponibilidad de reservas en la franja central del país, podrían transitar la floración del trigo con lluvias algo por debajo de los valores normales sin que la afectación de los rindes sea grave. Para ello septiembre tiene que mostrar algún cambio positivo, el cual dependerá mucho de lo comentado anteriormente sobre la dinámica de escala regional. Entendemos que el mes de septiembre no será influenciado por un potencial regreso de La Niña.

Es serio el panorama para el NEA y el norte de SF. Si bien normalmente estas zonas acostumbran tener una transición invierno primavera dominados por reservas escasas o incluso en sequía, la proyección hacia octubre de precipitaciones modestas –no ausentes-, define un escenario muy ajustado. Lo mismo puede decirse para las zonas de arroceras de Corrientes o el norte entrerriano. Sin lluvias generosas la actividad de secano se vuelve difícil y en las zonas de riego, el nivel de los diques no será el apropiado.

En la actualidad no es posible asegurar que la dinámica de la escala regional pueda lograr una compensación pluvial destacada en la primavera, como para quebrar la persistencia pluvial deficitaria. Esta hipótesis se vería fortalecida bajo un escenario La Niña. Muchas respuestas y señales para la campaña gruesa llegarán en lo que resta de agosto y septiembre.

La tendencia consensuada de los distintos organismos oficiales nacionales y otros académicos internacionales, convergen en un escenario deficitario para el trimestre agosto octubre. Como mencionamos dependiendo del nivel actual de reservas, hay zonas que pueden transitar este período con lluvias inferiores a las normales y lograr buenos rindes. La distribución temporal será definitiva en este sentido.