LA NEUTRALIDAD SE MANTIENE

Una vez por mes, por lo general el tercer lunes, el IRI (International Research Institute for Climate and Society), publica el resumen de los principales modelos de pronóstico del indicador ENSO (El Niño/La Niña). Las probada eficacia de este indicador para anticipar comportamientos de los patrones de circulación a nivel planetario y por ende la afectación de la marcha de las lluvias y la temperatura, lo ha convertido en una herramienta de mucha importancia a la hora de definir las estrategias de manejo para una campaña agrícola.

El progreso de los indicadores de tendencia climática hasta que se convierten en una herramienta fiable, es mucho más lento que el que ha mostrado el pronóstico de corto o mediano plazo. Sin embargo la evolución del ENSO en particular, ha sido muy notable fundamentalmente por la conjunción de esfuerzos de los distintos Institutos universitarios internacionales. Justamente el IRI, tiene como principal objetivo recabar estos resultados y difundirlos a escala global.

Por lo general entre dos resúmenes mensuales, se publican una discusión pormenorizada de los resultados que arrojan los distintos modelos (CPC-IRI). El jueves 8 de este mes, esta discusión presentaba advertencias acerca del posible rebote que experimentaría el indicador ENSO, desde la actual neutralidad hacia La Niña. Obviamente, esto para el sudeste de Sudamérica es una noticia que no puede pasar por alto. Sin embargo debemos dar un poco de precisión sobre estas discusiones.

En el siguiente cuadro, se le asignan probabilidades a cada una de las tres posiciones que puede tener este indicador. Para el sudeste de Sudamérica es vital saber lo que sucede en el último trimestre del año, donde la teleconexion del enfriamiento oceánico con la circulación atmosférica es más fuerte (claramente detectada en la última campaña). Como podemos observar en la tabla, para el trimestre OCT-DIC, la situación es aún neutral, pero claramente de haber un movimiento del indicador, sería hacia un evento frío. Este es el último resumen presentado este lunes.

Las inquietudes por el posible regreso a La Niña tomaron fuerza dado que la semana pasada se difundió la discusión donde se presentaba para noviembre un nivel de probabilidad superior al 60 por ciento. Esta discusión aún no ha sido validada, pero obviamente abre mucha expectativa acerca de las soluciones que presentarán los modelos para el tercer lunes de agosto. Debemos tener en cuenta, que estas son las fechas donde los modelos de pronóstico del ENSO son más vulnerables a las fallas, más volátiles y por lo general suelen mostrar correcciones intermensuales. De todas maneras no se puede soslayar la experiencia de los investigadores que participan en las discusiones preliminares. En la gran mayoría de los últimos veinte años, desde finales de agosto cuando el forzante ha tomado una posición por lo general no cambia y su nivel de eficacia ha estado cercano al 80 por ciento. En todo caso, las fallas en el indicador están más relacionadas con la intensidad del evento que con su aparición. Sin ir más lejos, La Niña del año pasado fue más intensa que lo previsto, pero sabíamos que transitaríamos un semestre cálido bajo esta señal.

En resumen, hay que tener un poco de paciencia. NO es conveniente tomar decisiones de manejo antes de finales de Agosto dado que estamos transitando el período en el que el pronóstico de este indicador tiene el menor nivel de fiabilidad. Para esta altura de agosto, podremos tener un panorama más claro.

Eventualmente y de confirmarse un rebote hacia La Niña, debemos tener en cuenta que las condiciones de partida de esta campaña son mejores que las del año pasado. También para estas fechas, el enfriamiento del Pacífico ya estaba instalado, al presente todavía no presenta ninguna evidencia en las temperaturas superficiales.

Tomando la peor hipótesis como la más probable, es decir un regreso de La Niña, esta debería tener menor intensidad que la pasada, además de presentarse corrida hacia adelante, fuera del rango de mayor impacto negativo sobre las precipitaciones. En todo caso, los forzantes de escala regional pueden mitigar las potenciales deficiencias pluviales.