Daniel Ferrero es uno de los cinco socios que más allá de la coyuntura de la lechería nacional, se entusiasmó con renovar la apuesta por esa actividad y se embarcó en un nuevo proyecto para montar un nuevo tambo para unas 400 vacas en San Carlos Centro, una de las localidades que bordean al triángulo lechero más importante de Sudamérica que conforman Rafaela, San Francisco y Villa María. Se podría extender incluso a Sunchales, un poco más al norte y sinónimo de industria láctea.

Lo cierto es que Daniel tiene un tambo mediano y es de familia tambera. Tiene unas 300 vacas en ordeñe y hace cuatro años se había entusiasmado con otros cuatro colegas en fusionarse para intentar un salto de escala. Entre todos iban a superar las mil vacas en producción. Cada uno por separado tiene un tambo chico o mediano.

Pero el 2018 con sus turbulencias, la fuerte devaluación y la incertidumbre metió el proyecto en el cajón y nunca más salió.

Ahora, enterados de que un tambo iba a alquilarse en la zona donde producen, volvieron a juntarse los 5 productores y decidieron apostar en conjunto. Acordaron con el propietario y utilizarán la tierra y también las 100 vacas en producción que tenía. Empezaron a hacer trabajos de suelo y pronto construirán tinglados y pisos de cemento para sumar más vacas en los próximos nueve meses. Para marzo quieren alcanzar el número final de 400. Y luego ver cómo siguen.

“Siempre me acuerdo del chiste aquel de los que llegaban al cielo y San Pedro les preguntaba a qué se habían dedicado en la Tierra y si cambiarían su trabajo. Y todos habían sido exitosos pero al mismo tiempo hubiesen preferido hacer otra cosa. Hasta que llegó el tambero, el único que había tenido más problemas que utilidades, pero finalmente volvería a hacer lo mismo”, recuerda Ferrero cuando Tranquera Abierta le pregunta los motivos de la apuesta.

Los cinco socios tienen un grupo llamado ProAgro San Carlos dedicado a prestar servicios como picadoras, limpian y retiran estiércol de tambos y feedlots, entre otras cosas. Pero de base, son todos tamberos. “Lo queremos poner con toda la tecnología porque lo queremos hacer un tambo demostrativo”, explicó Ferrero.

El plan prevé avanzar rápido con la infraestructura necesaria y luego incorporar al menos 70 vacas para el arranque de la primavera. Luego en marzo o abril tener el rodeo definitivo. “Hasta entonces tenemos tiempo para resolver lo que implica tener esa cantidad de vacas, empezando por la comida”, explicó el tambero.

En su cuenta de Twitter, Ferrero mostró un video en el que se ve una máquina haciendo trabajos de suelo mientras contó su nuevo proyecto. No tardaron en lloverle comentarios de felicitaciones, pero sobre todo asociados a la valentía por el momento en que los 5 socios lo llevaban adelante.

“Vemos el largo plazo. Está claro que si uno ve hoy y mañana no hace nada. Pensamos en 10 años para adelante. Siempre tenemos la mejor expectativa, y es lo único que sabemos hacer, trabajar. Y pensamos siempre que el futuro será bueno. Tengo 57 años y hace 35 que trabajo por mi cuenta con el tambo. Y este rubro siempre vivió en crisis, con todos los gobiernos. Y por ahí cuando parece que cuando estamos al borde, nos dan un poquito de oxígeno y salimos a flote hasta que de nuevo volvemos a remar y a remar”, remarcó.

Lo cierto es que al menos necesitarán 6 millones de pesos en infraestructura, pero en realidad muchas de las tareas las están haciendo entre los mismos socios y con el personal que cada uno tiene para bajar costos. A eso hay que sumarle un monto similar, calculan, para las máquinas de ordeñe y los equipos de frío necesarios. Luego llegará el momento de la inversión en el rodeo. “Lo hacemos por el amor a las vacas”, dijo Ferrero.

Fuente: Todo Lechería