La incógnita sobre si podemos estar peor es una pregunta interesante, sobre si todo si uno mira situaciones como la de la gente que toma tierras porque no tiene dónde vivir. Da la impresión de que mucha gente ya no puede estar peor, y que hay una situación y un contexto muy angustiante en la Argentina, que se produce a raíz de una larga crisis económica y un estancamiento que envuelve a esa crisis en todavía más tiempo. Y sumado a todo esto, una última estribación de la caída que es la pandemia.

En este contexto, este martes habló Sergio Massa y dijo algo muy sensato y muy verdadero: dijo que le da pena que la oposición esté discutiendo cargos cuando lo que tendría que estar haciendo la política es preocuparse por la gente, por el trabajo, por las vacunas, por la seguridad, etc. Massa quiso pintar que la oposición es una especie de casta que hoy está muy preocupada por obtener cargos. Lo interesante de lo de Massa es que él mismo lo está diciendo en un acto de campaña. Estaba en San Fernando repartiendo patrulleros con el gobernador Axel Kicillof.

¿Qué tiene que ver el presidente de la Cámara de Diputados con los patrulleros de San Fernando? Es difícil relacionarlo, salvo que sea cambiar patrulleros por votos y hacer campaña también. Pero lo más interesante de esto es que es en San Fernando. ¿Para qué? ¿Por qué tanto interés de Massa en San Fernando? Por la enorme pelea que tiene con el intendente de Tigre, su territorio que ya no domina.

Todo esto es un detalle, un detalle trivial si uno observa que Massa llegó hace poquitos días de los Estados Unidos. Tendría que estar haciendo, como cualquier persona que ingresa a la Argentina desde el exterior, una cuarentena de siete días. Pero estaba en San Fernando, repartiendo autos, repartiendo patrulleros. Él tiene todo el derecho del mundo a decir: ‘Hay una cláusula especial por la cual si sos funcionario no tenés que hacer cuarentena’. Hay vacunatorios VIP, hay cuarentenas VIP.

Si viene un trabajador, un empresario o el que sea desde el exterior con PCR o sin él, con un PCR que tiene que hacerse antes de subir al avión y otro al bajar del avión, que sale 2500 pesos, aun así lo mandan a encerrarse siete días. Aunque pierda siete días de trabajo. Pero el funcionario no, es casi la misma casta que Massa denuncia. Es cierto, con una ley que lo protege hecha a la medida de los funcionarios.

Todo esto en un contexto donde el 70% de los argentinos dice que ya no aguanta la situación económica, a la que le pone distintos nombres: desempleo, inflación, no llego a fin de mes, dólar. Y también el 70% de los argentinos cree que está peor que el año pasado, pero mejor que el año que viene. Hay que remontarse décadas para encontrar ese nivel de pesimismo.

Colombia estalló, Brasil tuvo el sábado pasado marchas inquietantes en contra de Jair Bolsonaro. En Chile y en Perú la gente está votando raro. Las elecciones en la Argentina parece que van a ser muy misteriosas, sobre todo si se sigue constituyendo esta imagen de casta. Por esto no nos sorprendamos si llega a haber niveles de abstención desconocidos.

Fuente: TN