El presidente de APAMA, Alejandro Pannunzio, anunció que la entidad consiguió el financiamiento público que acompañará la implementación del proyecto que la entidad elaboró para desarrollar nuevas variedades de arándanos propias de la Mesopotamia Argentina.

El proyecto plantea como problemática inicial que el sector del arándano necesita contar con nuevas variedades que se adapten a la demanda y a las crecientes exigencias de los mercados de exportación, en búsqueda de una continua innovación para el mantenimiento y la mejora de la competitividad.

La mayoría de las variedades de arándanos cultivadas en la región de Salto Grande (el corredor el río Uruguay en las provincias de Entre Ríos y Corrientes) provienen de programas de mejora genética de otros países, que presentan diferentes objetivos y comparten parcialmente la problemática local.

Detalles

El proyecto presentado por APAMA detalla que el trabajo de cruzamiento y selección se realizará bajo las condiciones locales del clima, suelo, agua y entorno biótico. Por lo tanto, las nuevas variedades obtenidas, luego de un proceso de cruzamiento y selección, serán más apropiadas a las originadas en otras condiciones ambientales.

El programa prevé alcanzar el objetivo general en aproximadamente doce años, dividido en dos etapas de seis cada una. En la primera parte, se realizará la identificación de las variedades con las que se trabajará y sus respectivos cruzamientos. En tanto, la segunda, se abocará de lleno al desarrollo de los mejores resultados obtenidos para el cultivo en la región.

"Hemos logrado juntar todas las partes necesarias para obtener el producto que buscamos, que es una variedad más precoz y con mayor vida postcosecha, que se adapte a las condiciones agroecológicas del área de Salto Grande, teniendo en cuenta sus condiciones climáticas para llegar de la mejor manera a los mercados luego de 30 días de navegación al emplearse mayoritariamente el transporte marítimo", puntualizó Pannunzio.

Precisó también que, al predominar un clima lluvioso en la zona, es necesaria la búsqueda de variedades firmes y tempranas para salir al mercado entre los meses de julio y agosto y extenderse hasta diciembre.

"Esto garantiza para la zona seis meses de cosechas y demandas para los proveedores de insumos, como transportes y empaques, entre otros. Por lo tanto, lograr una variedad con esas características daría mucho valor y trabajo, generando un producto de exportación que otorga un mayor ingreso de divisas" agregó.

"Es muy alentador que el proyecto incluya el financiamiento de una beca de doctorado, la formación de recursos humanos es cable para un desarrollo sostenible y sustentable", concluyó Pannunzio.

Firma de convenio y financiamiento público

El financiamiento del proyecto estará acompañado por la Delegación Argentina de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, desde su Polo Binacional, y será implementado en conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Asociación de Productores de Arándanos Mesopotamia Argentina (APAMA), la Facultad de Ciencias de la Alimentación de la UNER, la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Entre Ríos y la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande (CAFESG).

"Se trata de un trabajo que venimos desarrollando hace un tiempo desde Salto Grande, en conjunto con diferentes organismos, para continuar explotando las potencialidades que tiene la región de Salto Grande y la Mesopotamia, como es el caso de la producción de arándanos y otros frutos de la zona", expresó el Vicepresidente de la Delegación Argentina, Juan Domingo Orabona.

Por último, el Secretario de Ciencia y Tecnología de Entre Ríos, Jorge Gerard, manifestó que "la Provincia pone a disposición todo el sistema científico y tecnológico al servicio de proyectos productivos y sociales" y destacó, además, "el cofinanciamiento de una beca doctoral por parte del Polo Binacional de Salto Grande, que aportará mucho en materia de recursos humanos al proyecto".