UNA RECUPERACIÓN DIFÍCIL

El problema de afecta el caudal de los ríos del plata ya se manifiesta de hace más de un año. El mismo ha tenido altibajos en la cuenca media y baja, pero las recuperaciones de fondo han sido muy esporádicas y en el largo plazo insuficientes en la cuenca alta de los ríos. En marzo del año pasado comenzaban a mostrarse señales preocupantes, hoy el problema es más complejo que entonces según todos los análisis que hace el INA (Instituto Nacional del Agua). La causa de esta condición deficitaria que se ha vuelto extrema, se vincula directamente a la muy pobre oferta de agua que tuvieron los trópicos a lo largo del último año, en particular en cuenca alta de los ríos del plata.

El mapa de anomalías de lluvias del mes de abril para toda la cuenca del Plata (fuente INA) se acopla perfectamente al que mostramos en el Informe climático mensual. Como vemos es muy vasta el área donde la oferta de agua ha quedado muy por debajo de los valores normales, obviamente incluyendo el acopio de agua en la red de afluentes de la cuenca alta de los ríos Paraná, Paraguay, Iguazú y Uruguay.

Este tipo de situaciones con ocasionales mejoras, como en enero por ejemplo, han prevalecido a lo largo del último año. Esto ha generado que los principales embalses en territorio brasileño y paraguayo, tengan hasta un treinta por ciento menos de agua que en marzo del año pasado, fecha en que las condiciones ya anticipaban la presunta bajante. Al mismo tiempo abril dejo lluvias por encima de los valores normales en zonas que aportan al Paraná medio, esto circunstancialmente genera repuntes, pero los mismo no son sustentables.

La fuente de la cuenca del Plata es la que se ha venido secando, y si bien los embalses pueden haber generado alguna discusión en cuanto a la gestión del recurso hídrico, a esta altura no parece que esta corrección artificial del nivel de los ríos pueda generar tanto faltante de agua. Evidentemente la señal pluvial deficitaria es muy grave y las consecuencias se traducen en una bajante que es de las más fuertes en los últimos cincuenta años.

Si la situación la vemos con un índice de sequía se nota claramente la afectación del área principal de la cuenca alta de los ríos del Plata (la escala corresponde al drought monitor del USDA).

Durante los últimos tres meses toda la cuenca alta ha sufrido un fuerte secamiento, notemos por ejemplo la excepcional sequia de la cuenca del Iguazú. Pero más allá de los bolsones de mayores deficiencias en los últimos tres meses toda la zona está al menos bajo sequia severa.

Esta señal se da dentro de un período donde la oferta de agua en la zona todavía debe ser muy generosa, con valores pluviales mensuales con piso en los ciento cincuenta milímetros. La recuperación de enero fue muy breve en el área como para revertir la bajante que ya se sufría previamente. Si aquella corrección fue insuficiente y luego sobrevino este período seco, es difícil ingresar al mes de mayo con ríos que presenten un caudal normal. Todos los ríos de la cuenca, en mayor o en menor medida están expuestos a una bajante que tiene una tendencia difícil de revertir.

En base a estos datos y atendiendo que los pronósticos de corto y mediano plazo no aportan grandes lluvias para la zona, además de ya haber ingresado en el período en el que normalmente el régimen de lluvias decae, el panorama para el próximo semestre es complejo, es muy poco probable que mejore y en todo caso puede empeorar.

La única lectura favorable que por el momento puede hacerse, es que lo más probable que la próxima primavera inicie en condiciones ENSO neutrales. Esto limita la solución del problema a la reactivación de las lluvias tropicales hacia el mes de septiembre. Aun cuando esto sucediera en forma puntual, el reflejo en el caudal de los ríos no será inmediato, en consecuencia, gran parte de la cuenca estará expuesta a la continuidad de esta bajante, posiblemente durante gran parte del año. Las consecuencias sobre la hidrovía ya son evidentes y como vemos es muy improbable contar con una solución durante los próximos meses.

Solo con cambios no previstos y muy anómalos del patrón pluvial, podría darse un cambio durante los próximos meses. Las estrategias de manejo deben estar orientadas a un empeoramiento en el nivel de los caudales de los ríos de la cuenca (sugerimos seguir los informes periódicos del INA).