La fuerte mejora en los precios de la soja (y demás granos) proviene de una mistura entre la acentuada expansión monetaria de la Reserva Federal de EE. UU. (FED), así como de los principales Bancos Centrales del mundo, con el objeto de paliar los efectos de la crisis, más la incipiente recuperación económica post COVID de China, que está a la cabeza de los demás países en situación de mejora.

La contrapartida de tal alto nivel de emisión monetaria por parte de EE.UU. se refleja en la continua depreciación de su moneda en términos de las principales divisas, lo que, obviamente, repercute favorablemente sobre los precios agrícolas.

Como se advierte en el gráfico, desde principios de abril, ha retomado la senda descendente.

Indice dólar (Investment.com)

A ello, y quizás en este momento sobre todo, se suma los problemas climáticos en la producción agrícola del mundo en general con la nunca amenguada demanda asiática por parte de China.

Incide también el nivel de existencias 2020/2021 estadounidenses ubicado entre los más bajos históricos por la fuerte demanda externa, con China como máximo importador.

En medio de este cuadro, resultan curiosas las estimaciones del USDA.

Respecta a EE.UU. es llamativo que no haya reducido la intención de siembra, dada la sequía que ha sufrido buena parte de la región agrícola, Dakota del Norte, Dakota del Sur, el noroeste de Iowa y noreste de Illinois.

Pesa a cierta mejora reciente en las condiciones climáticas, la realidad es que la campaña no arranca con el cuadro ideal.

Porque el clima no acompaña, no se llegará al rinde estimado por este organismo. En soja, la estimación es de34,1 quintales. Acá hay un talón de Aquiles para la producción estadounidense.

En lo inmediato, es decir para los próximos tres meses, será definitorio cómo evoluciona la campaña agrícola en EE.UU. Hacia allí, deberíamos enfocar nuestra atención.

Si el clima pasa a ser favorable, la presión a la baja será considerable. Pero, si las condiciones climáticas tienen alguno que otro día bueno, habrá bajas, pero seguidas de subas si ellas no se sostienen a lo largo del tiempo.