Resulta realmente alarmante la superficialidad con que tanto el presidente, como algunos de sus funcionarios del área económica, e incluso el gobernador de la provincia de Buenos Aires, hablan de temas económicos.

Por ejemplo, el presidente afirmó la semana pasada que «no hay dinero que alcance para poner en los bolsillos de los argentinos si siguen aumentando los precios». Obviamente, cuanto más dinero emitan, menos va a alcanzar, porque no es que hay que ponerle dinero en el bolsillo a la gente, hay que lograr que suba el salario real y eso, con una moneda que se deprecia y deja de ser moneda, como es el caso del peso, no se puede lograr.

El presidente y sus funcionarios afirman que el problema de la inflación tiene que ver con un problema de puja distributiva. La lucha por la distribución del ingreso estaría generando un problema inflacionario, dicen.

Conceptualmente, si la cantidad de moneda en el mercado es constante y no cambia la demanda de moneda por parte de los agentes económicos, una puja distributiva llevaría a un cambio de precios relativos pero no a un aumento general de precios. Dicho de otra manera, unos precios subirían y otros bajarían, habría un juego de sumas cero, pero no aumentaría el nivel general de precios. No habría inflación, solo ganadores y perdedores. Eso puede llegar a pasar en países con estancamiento económico. O, como el caso de las vacunas VIP. Están los ganadores, los vacunados VIP, y los perdedores, lo que no pudieron vacunarse y sufrieron el efecto del COVID 19 porque el VIP se vacunó con la vacuna del no VIP.

Volviendo al tema económico, pareciera ser que Argentina es el único país del barrio que tiene un problema de lucha por la distribución del ingreso y empresarios malos que solo saben aumentar el precio de los alimentos.

Gráfico 1


El gráfico 1 muestra la inflación de los últimos 12 meses comparando marzo de este año con marzo de 2020. La pandemia existe en todo el mundo pero en el único que tenemos una inflación anual de dos dígitos altos, es en Argentina.

A los países que se les fue un poco más la inflación el año pasado son Brasil y Uruguay, pero en todo caso en un año tienen la inflación que Argentina tiene en dos meses.

Gráfico 2


Si se toma solo el rubro alimentos y bebidas del ICP del mes de marzo, tema del que tanto se queja el presidente, mientras acá subió el 4,6%, en Paraguay bajaron el 0,4%, en Uruguay aumentó el 0,54%, en Brasil el 0,07% y en Chile bajó el 0,4%.

Es evidente que la suba de los precios de los alimentos no tiene nada que ver con el incremento del precio de las commodities, que al decir de la diputada ultrak Vallejos, tenemos la desgracia de exportar. Paraguay, Uruguay y Brasil también exportan alimentos y no tienen el problema de la supuesta inflación “importada”.

Es más, peor sería si no produjésemos alimentos y hubiese que importarlos. El presidente afirmó que «Yo celebro que los precios de los commodities crezcan, que la carne sea tan valorada, pero lo que no celebro es que los argentinos paguemos los alimentos lo que pagan los que requieren nuestros alimentos«.

¿Acaso piensa el presidente que si no produjésemos alimentos y tuviésemos que importarlos, los productores del exterior nos venderían los alimentos preguntando cuánto podemos pagar en pesos lo que ellos producen y cotizan en dólares? Si Argentina no produjera alimentos, tendría que importarlos a precios internacionales sin preguntar cuánto ganan los argentinos en dólares. Asusta que un presidente esté tan desconectado de la realidad.

Cuadro 1


Lo que parece que ninguno de los funcionarios del gobierno le ha explicado al presidente es que no están subiendo los precios sino que se está desplomando la demanda de moneda.

Si uno compara el momento 2 del Cuadro 1 con el momento 1, puede ver que sin haber emitido moneda, igual la última columna muestra en incremento del nivel general de precios porque cae la demanda de moneda. De 2000 a 1000. La gente se saca de encima más rápidamente la moneda de encima. Por eso los precios pasan de 10 a 11,3 a pesar de no haberse emitido.

Pero Argentina está transitando el momento 3, es decir, hay aumento del stock de moneda emitido, cae la demanda de moneda a niveles mínimos y disminuye la oferta de bienes y servicios (la economía sigue sin volver al nivel de febrero 2020). Por eso, a pesar que la emisión monetaria aumenta el 20% en el ejemplo del cuadro (primera columna), los precios crecen el 64% en la última columna en el momento 3.

Se combinan la mayor emisión monetaria, con la menor demanda de moneda y el menor nivel de actividad económico y hace explosivo el aumento de precios. Muy por encima de la emisión monetaria.

No es que los empresarios argentinos sean malos y los empresarios uruguayos, paraguayos o brasileros buenos. Es que las políticas monetaria y económica son horrorosas.

Argentina tiene una imperiosa necesidad de captar inversiones para crear puestos de trabajo, bajar la tasa de desocupación, mejorar los ingresos reales y crecer en forma sostenida. No es con planes sociales y empleo público que se puede crecer.

Sin embargo el gobierno se empecina en decir que la riqueza de unos genera la pobreza de otros. Ya desde la escuela le enseñan este verso a los chicos, diciendo que hay pobres porque otros son ricos. Por lo tanto, desde hace décadas se viene construyendo una sociedad de gente resentida que se considera con derecho a que el Estado le quite a otros para darle a ellos, porque son pobres por culpa de los que ganan plata. Y ahí aparecen afirmaciones como las del presidente o del gobernador Kicillof que hablan de ganancias desmedidas, aumentos de precios exagerados y adjetivos que no tienen ningún fundamento numérico. ¿Qué es una ganancia desmedida? ¿Qué es un aumento de precios exagerado? En todo caso uno podría decir que lo único exagerado en Argentina es el gasto público y los impuestos.

¿La tasa de rentabilidad que se le pide a una inversión en un restaurante en Holanda, es igual a la tasa de rentabilidad de invertir en un restaurante en Argentina? ¿Son las mismas condiciones impositivas, laborales, reglas de juego, etc. como para decir que ambas tienen que ser iguales? En absoluto, cualquier inversión que se pueda llegar a hacer en Argentina, siempre va a exigir una mayor tasa de rentabilidad dada la incertidumbre en las reglas de juego.

La superficialidad con que se expresan el presidente y sus funcionarios sobre el tema económico solo genera resentimientos dentro de la sociedad, espantan las inversiones y aumentan la pobreza. Son mensajes típicos para profundizar la decadencia generando fuerte rechazo hacia quien invierte.

Por eso el primer gran paso que hay que dar para salir de esta larga decadencia tiene que ver con los valores que se transmiten a la sociedad. Si el discurso va a seguir siendo el de unos son malos porque ganan “mucho” y aumentan “exageradamente” los precios, lograran profundizar el resentimiento dentro de la sociedad. Tal vez sea ese el objetivo para aparecer ellos como los salvadores de los humildes, pobres que ellos mismos fabrican deliberadamente, pidiendo poderes absolutos para combatir a los malos que ganan “mucho” y aumentan “exageradamente” los precios generando pobreza. Afirmaciones inaceptables en cualquier ambiente académico donde se hable seriamente de economía y propio de los discursos de barricadas de políticos improvisados.

Si en cambio, el discurso pasa por mostrar la salida de la decadencia atrayendo inversiones, entonces, sí se estará dando el primer gran paso para empezar cambiar los valores de resentimiento que, hace rato, se sembraron en la sociedad.

Lo primero que habría que hacer es cambiar una palabra en la marchita. En vez de decir, “combatiendo” al capital, habría que poner “atrayendo” el capital.

Fuente: Economía para Todos