La cuenta regresiva ya está en su recta final: las sembradoras están listas para salir a trabajar y dar inicio a la campaña 2021/22, con la implantación de los primeros lotes de trigo. Pero para que eso ocurra, antes hay que garantizar un lote limpio, libre de malezas que puedan complicar el desarrollo del cereal.

Y para quienes están con los tiempos ajustados, entre la salida de la cosecha de soja y el comienzo de la siembra, hay una herramienta con tecnología japonesa que permite controles cerca de la implantación, pero con riesgo cero de fitotoxicidad.

Se trata del herbicida Sumizyn, un producto a base de Flumioxazin (50%), propiedad de Sumitomo Chemical, que cubre un amplio espectro de acción, sobre crucíferas y sobre otro tipo de especies nocivas que suelen presentarse durante la campaña invernal.

“En los últimos años, a la par del aumento en la siembra de trigo, también se ha incrementado la complejidad en el manejo de malezas. A las gramíneas resistentes con largo historial y amplia difusión territorial como Rye grass, se han sumado distintas especies de crucíferas en el centro-sur de Buenos Aires, problemas con Rama negra en el sur de santa fe con herbicidas ALS, y cardo resistente en el sudeste de Córdoba”, explica Mauro Balza, coordinador técnico de producto de Sumitomo.

La consecuencia de esta tendencia es que los tratamientos tradicionales no resultan suficientes para el control de un espectro cada vez más amplio de especies resistentes o tolerantes. Por eso, la integración de herbicidas con distintos modos de acción y otros momentos de uso pueden ser herramientas que colaboren a lograr el objetivo de un lote limpio.

Aquí es donde se inserta la apuesta por Sumizyn, un PPO que no es de los sitios de acción más comúnmente utilizado para este tipo de malezas. “El Flumioxazin es una excelente alternativa, sirve para ir rotando principios activos y tiene mucha acción residual para el control preemergente de malezas de hoja ancha como crucíferas (brassica rapa, nabon,), Rama negra y también Rye grass”, destaca Balza.

Aplicaciones

La recomendación es utilizar este producto 15 días antes de la siembra, con una dosis de entre 100 y 115 centímetros cúbicos por hectárea. Su efecto residual es clave: ensayos realizados por Sumitomo demostraron que, hasta 45 días después de la pulverización, Sumizyn logra un control de más del 90 por ciento. Y hasta 100 días después, se mantiene por encima del 80 por ciento.

“Esto nos permite llegar libes de malezas hasta el macollaje; momento en que, en caso de ser necesario, se puede complementar el tratamiento con la aplicación de herbicidas post emergentes como pueden ser MCPA o su combinación con Mextrol”, remarca Balza.

Por otro lado, otro de los puntos sobresalientes de este herbicida es que no tiene riesgo de fitotoxicidad. “Es totalmente selectivo: si se usa 15 días antes de la siembra, es seguro para el cultivo. sin ningún impacto en el rendimiento.”, añade el ejecutivo de Sumitomo.

Y también menciona otro atractivo: el Flumioxazin es compatible con otros productos que se aplican tradicionalmente en esta época del año, como 2,4-D, Picloram, Dicamba o Glifosato.