Simplificando, podríamos hablar de dos dólares.

El dólar local, que se usa para la comercialización en la Argentina, sobre todo para exportar. Y, el otro, si me permiten llamarlo así: el dólar internacional.

Con esta licencia, vamos al primero.

Cuando, al estilo Martínez de Hoz, Guzmán anunció en febrero pasado la puesta en marcha de una suerte de tablita cambiaria, las expectativas de devaluación se descomprimieron.

Ayudó a tal descompresión la fuerte intervención del Banco Central y la liquidación de divisas por ventas del complejo granario al exterior, con el de la soja a la cabeza. En este esquema, ciertamente, colaboró la mejora de precios internacionales, sobre todo del maíz.

Durante marzo y en lo que va de abril, la liquidación de la cosecha gruesa 19/20 ha llegado a niveles récord. Y ahora la actual está empezando a entrar al circuito comercial.

Esta tablita hizo que en febrero el ritmo de devaluación bajara al 3%; en marzo, al 2,5%, y para abril posiblemente llegue a sólo 2%. Muy por debajo de la inflación.

A su vez, este ritmo devaluatorio se propone aplacar los bríos en la tasa de inflación. Lo mismo de siempre: pisar el dólar oficial para morigerar la tasa de inflación.

Como no logra, mayormente, efecto visible sobre la inflación, y negando el carácter monetario que ésta tiene, el Gobierno ha comenzado a amenazar con el cierre de exportaciones y la implementación de registros. ¿Moreno ha pasado a ser Español?

Si a un niño, uno lo asusta con el “cuco”, para lograr determinado comportamiento, conseguirá que éste se convierta en un ser asustadizo y temeroso de tomar decisiones ó, simplemente, que pase a ser un incrédulo de la palabra de la autoridad.

Así pareciera que son las cosas hoy por hoy. Ridícula estrategia. La de caminar sobre un flan –incertidumbre- que atenta contra la inversión.

Esta es una política cambiaria, que además de nociva, es de resultados con patas muy débiles y cortas.

Así el cuadro, este dólar castiga el precio (la capacidad adquisitiva) de cada tonelada de granos o subproductos. Mala noticia…¿no’

Vamos ahora a lo bueno…. El dólar internacional.

La debilidad de esta divisa en el mundo sigue afirmándose.

Sigue cayendo su valor frente a las demás divisas.

Esta particularidad opera como soporte para los precios, pues incentiva la demanda global.

El gráfico que siguen es claro. A lo largo de abril, el dólar ha ido perdiendo valor.


En suma, el precio internacional tiene alicientes para la continuación de la suba.

Y acentuando la tendencia positiva, vienen en auxilio las condiciones climáticas adversas, para el cereal y para la soja, en EE.UU.

Así estamos. El lector deberá seguir muy de cerca el devenir del dólar (de uno y de otro) así como del clima en EE.UU.