Llega marzo y con este mes una postal se repite en gran parte de las zonas productivas argentinas: comienzan a verse con mayor asiduidad las cosechadoras, debido a que se inicia la recolección de los cultivos estivales.

Pero a la par, es momento también de no solo enfocarse en observar qué números arrojan los monitores de rendimiento, sino en proyectar el día después: cómo efectuar de la mejor manera un barbecho largo que deje limpio de malezas al lote de cara a la próxima campaña tanto sea destinado a cultivo de fina como de gruesa. “Es clave. Gran parte del éxito del cultivo siguiente se define por cómo hagamos el barbecho largo. Es un momento súper importante de la planificación”, señala Lucas Díaz Panizza, Gerente de Marketing de ‎Sumitomo Chemical Latin America.

De acuerdo con el ejecutivo, el barbecho tiene dos objetivos principales. El primero es controlar las malezas y reducir el banco de semillas para evitar una gran infestación y complicaciones posteriores en términos de costos. El segundo, relacionado al primero, es cuidar los recursos de agua y nutrientes disponibles en el suelo, evitando que sean absorbidos por las malezas

La intervención en este momento permite contar con un plazo de tiempo importante hasta la implantación de los cultivos, por lo que pueden utilizarse una paleta amplia de principios activos, minimizando riesgos futuros de fitotoxicidad y una mejor rotación de estos.

“Hay que recordar que estamos en un contexto en el que todos los años aumentan los casos de tolerancia y resistencia de malezas a diferentes herbicidas. Hay aproximadamente cinco biotipos que se suman al listado cada año. Por eso hay que ir permanentemente modificando las estrategias, rotar modos de acción, incorporar nuevos activos, realizar nuevas mezclas en el tanque”, señala Díaz Panizza.

También considera relevante mejorar el monitoreo e investigación de estas especies, para conocer su ciclo biológico y atacarlas cuando más vulnerables están.

“Por la aparición de estas resistencias, el sistema productivo se complejizó muchísimo y si no atacamos el problema desde el inicio, probablemente lleguemos a la siembra con una situación inadecuada, con malezas mucho más difíciles de controlar y, sobre todo, con tratamientos mucho más caros, porque no serán preventivos si no de rescate”, subraya el representante de Sumitomo.

En promedio, mientras una aplicación para rescatar un lote puede necesitar de una inversión de 100 dólares por hectárea, con un buen manejo desde barbecho se puede disminuir hasta la mitad.

“Esta complejización del sistema obliga a tener más y mejor información de las malezas y los productos que se utilizan y a ser mucho más finos también en las dosis y en las mezclas que usamos. La calidad de aplicación también tiene que ser óptima teniendo en cuenta que la etapa de barbecho se da en general con condiciones climáticas de poca agua, temperaturas bajas, que generan estrés también en las malezas y dificultan su control”, completa Díaz Panizza.

Paleta

En este marco de situación, Sumitomo considera que una buena estrategia es aplicar herbicidas con buena residualidad y modos de acción alternativos. Por ejemplo, herbicidas hormonales, PPO, inhibidores de Fotosistema II y ALS

La empresa de origen japonés presenta al respecto una batería grande de productos. Por ejemplo,  Weedar Full, a base de 2,4-D mezcla de sales amina, Credit Full (glifosato), Kamba Full (Dicamba) cuyas formulaciones son totalmente compatibles para poder ser aplicados en conjunto ya que cuentan con un tecnología de formulación exclusiva de la compañía y única en el mercado.

También ofrece una línea completa de herbicidas hormonales para este momento con Toram (picloran), Azbany (fluroxypir), Kamba (Dicamba), MCPA y otros herbicidas como Mextrol (bromoxinil), Biffo (glufosinato de amonio) o Sumyzin que puede utilizarse en presiembra de trigo. “Tenemos una paleta muy amplia para todas las problemáticas. Los productos hormonales apuntan más que todo el control de malezas de hoja ancha, y se complementan muy bien en mezclas con otros productos para el control de gramíneas”, añade Díaz Panizza.