El canciller Felipe Solá salió de manera inesperada y sorpresiva a elogiar al sector agropecuario después del cese de comercialización de granos de 48 horas y las idas y vueltas del Gobierno sobre el cupo impuesto para exportar maíz.

La jugada de Felipe se hizo a través de su mano derecha, Jorge Neme. El funcionario de Cancillería destacó el trabajo del Consejo Agroindustrial "dejando atrás las visiones que posicionan a los sectores productivos como enemigos del Gobierno".

"Los atributos que posee el sector, que combina inversión e innovación, permiten nuevos niveles de competitividad y proyección a los mercados, lo que redunda en la obtención de divisas para el desarrollo del tejido social y productivo", explicó Neme.

"Buscar el diálogo va a permitirnos arribar a las soluciones que aseguren tanto la provisión de alimentos a nuestra población como a la producción exportable, imprescindible para la reconstrucción de la economía", agregó el segundo de Felipe.

Neme conoce de cerca la dinámica del sector ya que ocupó cargos en el Ministerio de Agricultura durante el gobierno de Cristina Kirchner. Sus declaraciones, de inmediato, fueron leídas como un intento de posicionamiento de Felipe para la cartera del campo.

De hecho, antes de que lo nombren a Luis Basterra en el Ministerio en el marco de un acuerdo con Gildo Insfrán, uno de los candidatos a ocupar el cargo era, justamente, Felipe ya que es ingeniero agrónomo y fue secretario de Agricultura en los ‘90.

Pero también se juega la interna dentro del Frente de Todos. Es que las declaraciones de Neme van en sentido contrario a las de la diputada kirchnerista, Fernanda Vallejos, que calificó como una "maldición" que la Argentina produzca y exporte alimentos.

También van a contramano del propio Basterra que salió a cruzar al presidente de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina. "Si no sabe lo que es el desacople de los precios internos de los internacionales, que vaya a estudiar", le dijo el ministro al dirigente.

Como sea, en la Casa Rosada saben que van a necesitar de una serie de consensos para lograr acuerdos con el sector. Una de las principales preocupaciones es el precio de la carne vacuna que aumentó en 2020 muy por encima de la inflación general.

El Gobierno apuesta a profundizar los canales de diálogo con el Consejo Agroindustrial para marginar y debilitar a la Mesa de Enlace. De todas formas, el hecho de que Coninagro no haya adherido al paro dejó una puerta abierta para futuras negociaciones.

Por el momento las buenas noticias las siguen trayendo los precios internacionales de los granos a partir de la sequía en Sudamérica. La soja cerró este jueves en el Mercado de Chicago a 527 dólares por tonelada, el trigo a 246 dólares y el maíz a 210 dólares.

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indicó que por la revalorización de la soja, "podría ingresar un 37% más de divisas a nuestro país por ventas externas del complejo". La oleaginosa cotiza en máximos en los últimos 6 años y medios.

"Los mercados globales exhiben preocupación en torno al suministro sudamericano, afectado por el año Niña, y ante una demanda China que parece implacable", señaló la entidad rosarina en un reciente documento.

Fuente: La Política Online, por Javier Lanari