• En lo que va del año, distinguiendo por regiones, se tiene que las más afectadas en ventas comerciales han sido Ciudad y Provincia de Buenos Aires junto con la Patagonia, mientras que el NEA ha resultado el menos perjudicado. Esto es compatible con el grado de restricciones implementadas en cada región, y también con el porcentaje de caída en el poder de compra de su población

• Siendo el comercio un sector muy heterogéneo, conviene hacer una primera desagregación. Hubo menor caída en ventas en supermercados, mayor en ventas minoristas, y mucho más fuerte la disminución en centros comerciales

• Un indicador de las restricciones vigentes desde marzo es la movilidad de personas a comercio (Google). En todos los casos, se observa que la cuarentena se ha ido flexibilizando, aunque hubo un retroceso en septiembre. Las restricciones han sido menores en almacenes (para comprar alimentos) y farmacias, en comparación a los otros comercios. Las regiones con mayor pérdida de movilidad han sido Buenos Aires, la Ciudad y la Patagonia, y menos restrictivos han estado en el NEA

• En términos de poder adquisitivo, un indicador clave es la masa salarial privada (formal), neta de inflación, que incluye también la dinámica del empleo. Las regiones más afectadas han sido la Patagonia (con salarios vinculados al petróleo), CABA y Buenos Aires, compatible con el peor desempeño comercial. Pero también se ha visto muy afectada Cuyo, por la fuerte caída del empleo en Mendoza

Debido a la pandemia, y a la propia dinámica de las variables económicas, el 2020 será un pésimo año para la actividad comercial en la Argentina. Hubo una fuerte caída de ventas apenas implementada la cuarentena (marzo – abril) y luego la recuperación ha sido gradual.

En ese contexto, el desempeño comercial ha sido dispar, afectando inicialmente menos a supermercados y más a comercios minoristas, especialmente en ventas de bienes de consumo durables (textiles). En algunos casos, a posteriori hubo una fuerte recuperación, explicada más por el alto valor del dólar blue, que favoreció la venta de A nivel de regiones, las más afectadas en ventas han sido Ciudad y Provincia de Buenos Aires junto con la Patagonia, y el NEA ha resultado el menos afectado. Esto es compatible con el grado de restricciones implementadas en cada región, y también con el porcentaje de caída en el poder de compra de su población. A continuación, se presentará un análisis más detallado.

1. Dinámica comercial

En el país: se pueden distinguir tres tendencias en el comercio argentino. (i) fuerte crecimiento (2004-2011), salvo la caída durante la crisis financiera internacional, (ii) estancamiento (2012-2017), y (iii) caída (2018-2019). En 2020, se agrega la cuarentena, con fuerte caída en abril y posterior recuperación.

Siendo el comercio un sector muy heterogéneo, conviene hacer una primera desagregación. Hubo menor caída en ventas en supermercados, mayor en ventas minoristas, y mucho más fuerte la disminución en centros comerciales. Suena razonable, puesto que los centros comerciales han estado cerrados y, además, venden bienes de consumo durable, cuyas compras se pueden postergar (especialmente en una recesión). En cambio, en supermercados no hubo una reducción fuerte inicialmente, pero gradualmente comienza a notarse desaceleración en las ventas, netas de inflación.

En autos, luego de una caída fuerte en sus ventas, ha habido recuperación, aclarando que las ventas pre-pandemia ya eran bajas, luego de varios años de estancamiento y recesión. El repunte está explicado como una opción de “dolarización” al tipo de cambio oficial, aprovechando el alto valor del dólar blue.

En combustibles, el gasoil cae menos (-15% respecto a febrero), porque se mantiene el transporte de cargas, y más cae el consumo de naftas (escuelas cerradas, entre otros factores). Por regiones: no se dispone de un indicador global de comercio a nivel regional. Por lo tanto, se compararán indicadores referentes en ventas comerciales. Tomando como base el mes de febrero, previo a la pandemia, se tendrá en cuenta dos momentos: el de la mayor caída (abril), y el de la recuperación (agosto o septiembre, dependiendo de la actualización de cada indicador).

En este difícil año comercial, las regiones más afectadas han sido la Ciudad de Buenos Aires, la Patagonia y Buenos Aires, mientras que la menos afectada ha sido el NEA. 1 Una aclaración: no se tendrá en cuenta la venta de gasoil, porque la misma se ha visto afectada por el transporte de pasajeros.

2. Factores determinantes

La actividad comercial cayó abruptamente en abril y luego comenzó su recuperación. Existen varios factores determinantes. Algunos en contra: mayor incertidumbre (que motiva a las personas a ahorrar), menos turismo y menos créditos para consumo, y otros a favor: la asistencia del gobierno nacional (ATP, IFE, etc.).

En nuestro análisis consideraremos otros dos factores: la flexibilización de la cuarentena y la evolución del poder de compra de la población.

• Restricciones: un indicador de éstas es la movilidad de personas a comercio (Google). En todos los casos, se observa que la cuarentena se ha ido flexibilizando, aunque hubo un retroceso en septiembre. Las restricciones han sido menores en almacenes (para comprar alimentos) y farmacias, en comparación a los otros comercios.

En ambos casos, las regiones que sufrieron más restricciones han sido Buenos Aires, la Ciudad y la Patagonia, y menos restrictivos han estado en el NEA. Compatible con el análisis anterior sobre el desempeño comercial a nivel regional.

• Poder de compra: un indicador clave es la masa salarial privada (formal), neta de inflación. Por menor empleo y por salarios que se rezagan con respecto a la inflación, ese poder de compra de la población ha venido disminuyendo durante la cuarentena.

Las regiones más afectadas han sido la Patagonia (con salarios vinculados al petróleo, que aumentaron menos que la inflación), CABA y Buenos Aires, compatible con el peor desempeño comercial. Pero también se ha visto muy afectada Cuyo, por la fuerte caída del empleo en Mendoza.

3. Comentarios finales

La diferencia regional en ventas comerciales se explica en buena parte por el grado de restricciones (cuarentena) y la dinámica del poder de compra de la población. A medida que va transcurriendo el tiempo, ambos factores no necesariamente seguirán un mismo camino.

Lo esperable es una mayor flexibilización, especialmente porque resulta cada vez más difícil tener encerrada a la población (vida social y generar ingresos para vivir), lo cual debiera contribuir a una mayor recuperación comercial.

Por otro lado, no son tan claras las perspectivas del poder de compra de la población. Lo razonable es que, aun con una menor asistencia gubernamental (al ir mermando los efectos perniciosos de la pandemia), lo lógico sería esperar que la recuperación económica se traduzca en mayor empleo y salarios netos de inflación.

Sin embargo, por la falta de ahorro y de financiamiento, la menor producción ha causado una reducción en empleo y en poder adquisitivo de los salarios. Para una recuperación en el mercado laboral, es importante estimular las inversiones.

Lamentablemente, hay varias noticias y acciones que no las fomentan (brecha cambiaria, toma de terrenos, etc.), lo cual genera la sospecha de si el país va a una economía de menores ingresos. En este caso, no juega a favor de la actividad comercial. Ojalá haya cambios en el buen sentido.

A nivel regional, pensando en el futuro relativamente inmediato, la mayor recuperación debiera estar asociada a una mayor flexibilización de las restricciones. En este sentido, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires son las de mayor potencial de corto plazo.

Por Jorge Day
Fuente: Fundación Mediterránea