En los primeros siete meses de este año, se sacrificaron 8 millones de bovinos, un 4% más que en igual lapso del año pasado. La faena tuvo un cambio resaltable: una tendencia descendente en la participación de hembras y una mayor contribución de machos. Aunque la alta concentración del total sacrificado en animales jóvenes conspira contra una mejora en el peso medio, en los últimos meses también fue apreciable una relativa mejora en este orden.

“El total sacrificado en julio de 2020 es el mayor desde diciembre de 2019. Al relacionar el nivel de actividad con la cantidad de días hábiles, se advierte que fue prácticamente similar al mes precedente. Puede decirse que la faena subió “un escalón” en el último trimestre”, comentó Mario Ravettino, Presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC).


Los primeros meses de 2020 estuvieron por debajo de la media verificada en la segunda mitad de 2019, pero es evidente que el crecimiento de la actividad a partir de mayo compensó la disminución registrada en el arranque del ejercicio, aunque a un ritmo inferior al verificado en los últimos meses del año pasado.


“La sumatoria de las faenas realizadas en las plantas de las empresas asociadas reflejó las oscilaciones de la demanda externa por el COVID 19. Desde fines de 2019, acusó una baja relativamente superior al resto de la industria, que determinó una pérdida en la participación del Consorcio dentro del total nacional. Esta situación se había atemperado en mayo, pero ha vuelto a registrarse en los últimos dos meses”, destacó Ravettino.

“Entre enero y julio de 2020, en los establecimientos asociados se sacrificaron 2.2 millones de cabezas, alrededor de 177 mil cabezas menos que el acumulado en igual lapso del año pasado, lo que llevó su contribución al 27.5% del total, 3 puntos menos que en 2019”, agregó el directivo.

Durante abril y mayo, la composición de la faena acusó un aumento en el número y en la participación de hembras dentro del total sacrificado. A partir de entonces esta tendencia se revirtió, con tasas del 47 y 46%, en junio y julio, respectivamente. La caída se ha centrado en las vacas y dentro de éstas las más añosas. Paralelamente, hubo un aumento en la faena de Novillitos y en menor medida de Novillos. De esta forma se consolida, en lo que va de 2020, una mayor contribución de machos dentro de la faena nacional, una modificación importante en relación con los últimos años.

La modificación en el sistema de tipificación ya lleva más de doce meses, lo que permite analizar con mayor detalle la composición de la faena de bovinos a través de los datos proporcionados por sexo y dentición.

Respecto a las hembras, en 2020 es evidente una disminución en su número lo que provocó una merma en su participación sobre el total sacrificado. Al analizar la clasificación por dentición, se verifica una caída relativamente más acusada en las más jóvenes y una suba en aquellas tipificadas con 8 y más de 8 dientes, que se agudizó en abril y mayo, para retroceder en los meses posteriores. La evolución de las hembras está altamente correlacionada con las oscilaciones del mercado chino. En el primer semestre, el peso medio de las hembras sacrificadas fue de 205 kg por cabeza.

Como contrapartida, en los machos se observa un número superior de sacrificados, con un aumento relativo en la incidencia de los animales de menos de 2 dientes, que representaron el 61% de la faena total de machos, 5 puntos mayor que en 2019; así como también de animales de hasta 4 dientes (22%). Entre ambos concentraron el 83% de su total. El peso medio de los machos faenados fue de 242 kg por cabeza, con datos a junio último.

El total de la faena registró un incremento relativo en el número de animales tipificados en los dos extremos: con 2 dientes y de 8 y más dientes – factor en el que primó la contribución en los últimos meses de las hembras –, con una reducción relativa de las tipificaciones intermedias. Mientras que en 2019, el 70% del total de animales tipificados tenía hasta 4 dientes, a julio de 2020 esta proporción pasó a ser del 73%. En los primeros meses de este año llegó a orillar el 80% y que se redujo posteriormente.

La alta incidencia de animales livianos determinó que el peso medio de la faena total sea de tan sólo 224 kg por animal, pero debe destacarse que los recientes cambios registrados en la composición de la faena han determinado una relativa mejora en este indicador.

La faena registrada en julio de este año fue elevada comparada con los registros de los últimos años, 12% mayor a la de doce meses atrás, aunque inferior a julio de 2019 y al promedio registrado en el quinquenio 2005-2009. Al extender el análisis al acumulado en el ciclo 2019/20 cerrado en el mes de julio, se observa que en relación con la media de 2005-2009, es un 2% menor.

La producción de carnes bovinas se estima en el orden de 1.8 millones de toneladas entre enero y julio de este año, 4% mayor a igual lapso de 2019.

“El crecimiento de los embarques de carnes bovinas registrado en los últimos meses recortó el consumo aparente per cápita, particularmente, en el pasado mes de mayo, pero se recuperó posteriormente. En términos anualizados, fue equivalente a 52 kg por habitante/año, una cifra similar a la de 2019”, concluyó el presidente del Consorcio.

Fuente: Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC)