“Lo cierto es que hasta hoy escuchamos propuestas de financiamiento, pero en la práctica y cumplido el quinto mes desde el inicio de la cuarentena en nuestro país, no existe una línea de crédito, un fondo o algún mecanismo que alivie o ayude a evitar una mayor caída en el agro”, afirmó el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Reinaldo Díaz.

A decir de Díaz, la actividad agropecuaria nacional soporta los duros golpes de la pandemia del Covid-19 y que es notable la reducción de la demanda de productos y la tendencia es cada vez mayor. Infiere que, con seguridad, se viene una disminución de la producción, de los ingresos y de los empleos.

Díaz ve con alta preocupación las pérdidas de capital que, según dijo, se siguen incrementando en el sector agropecuario a medida que se alarga la crisis sanitaria y los efectos de la pandemia.

“Venimos buscando alternativas y formas de adecuarnos a la situación; sin embargo, la solución a la falta de empleos e ingresos de la población no pasa solo por el sector privado, es el momento que los gobernantes pongan sus mejores estrategias porque se pone en juego el bienestar de la población”, enfatizó.

El dirigente afirma que la situación es de alto riesgo para el futuro de la economía nacional debido a que un tercio de la población económicamente activa trabaja en la actividad agropecuaria que asegura el abastecimiento de alimentos en el país.

Hasta hoy, dijo que se tienen líneas de financiamiento para reactivar otros sectores de la economía. "Solicitamos al poder legislativo ayudar a salvar la economía nacional y al sector que da empleo a miles de personas que van a perder su fuente laboral e ingresos y, con seguridad, incrementará la pobreza”, puntualizó Díaz, al reflexionar que la crisis económica golpea con mayor fuerza a los que tienen menos ingresos.

En junio, en una entrevista a EL DEBER, Óscar Ortiz, cuando era ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, señaló que el Gobierno está desarrollando una serie de medidas que buscan, por un lado, atender la emergencia sanitaria y, por otro lado, generar mejores condiciones para invertir, emprender y producir en Bolivia.

Detalló que se presentó un programa de alivio tributario que incluye una reforma donde se incorpora las exportaciones a servicios y productos no tangibles como el desarrollo de software. Esto, sumado a medidas que se tomaron frente al inicio de la emergencia sanitaria como el diferimiento de créditos, impuestos y aportes a la seguridad social de corto y de largo plazo.

Un mes antes, la presidenta Jeanine Áñez, anunciaba un “plan de apoyo al pago del salario” que consiste en “préstamos blandos y fáciles” para que las empresas del país puedan pagar los salarios de dos meses de sus trabajadores.