La peor decisión del productor sería dejar el terreno sin cultivo, lo cual resultaría en una multiplicación indiscriminada de malezas y en altos costos para su eliminación. Además el suelo queda expuesto a la erosión y al lavado de nutrientes, con la consecuente degradación del suelo y pérdida de productividad.
Las especies que a primera vista serían las más viables son canola, avena blanca, cebada, triticale, lupino dulce y arveja, y aunque estos no produzcan granos que se puedan vender, pueden, a través del efecto residual del abono verde de invierno sobre el cultivo comercial de verano, aumentar el rendimiento y el resultado económico de los cultivos de renta.
Época de siembra
La siembra de los abonos verdes de invierno se efectúa desde abril hasta
junio, debiendo dárseles preferencia a las siembras tempranas. Para abono verde
se recomiendan los espaciamientos más estrechos posible (17 a 20 cm.), lo que
generalmente hace necesaria la utilización de sembradoras de granos finos. Todos
los abonos verdes pueden ser sembrados en siembra directa y en general pueden
ser aplastados con rollo cuchillo aproximadamente 120 días después de la
siembra.
Las especies recomendadas son avena negra, el lupino amargo, el nabo forrajero, el girasol, el centeno, el triticale, el acevén, la arveja forrajera, la colza.


