De acuerdo con los datos de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC), difundidos a inicios de este mes, la población rural en situación de pobreza pasó de 34,6% que tenía en el año 2018, al 33,4% al cierre de 2019. En término de valores absolutos significa que hay unos 887.400 compatriotas que sobreviven con G. 497.049 al mes, que es límite de ingresos sobre el cual se mide la pobreza monetaria.

Sin embargo, la población en el campo por lo general cuenta con sus propios recursos de autoabastecimiento, como sistemas de huertas, minicultivos y granjas, que contribuyen en la alimentación diaria de las familias.

Según los datos, San Pedro (37,3%), Caaguazú (36,5%) y Caazapá (35,9%) tienen la mayor concentración o incidencia de pobres en base a su población total. Sin embargo, Central por su densidad población, tiene la mayor cantidad (280.241 personas), que representa el 13% de su población.

En lo que se refiere a los pobres extremos rurales, el informe oficial muestra que hubo una reducción de 2,2 puntos porcentuales pasando de una franja del 10% que alcanzó en el 2018, al 7,8% en el cierre del último año. En este grupo de los más vulnerables están unos 206.160 compatriotas, que no logra cubrir el costo de una canasta mínima de consumo alimentario, que para el área rural es estimado en G. 233.000.

En cuanto a los departamentos que presentan mayor índice de pobres extremos según su población, están Caazapá, con 9,4% (17.833 ciudadanos), y San Pedro, con 8,3% (35.783 compatriotas).

Para la economista Verónica Serafini, la reducción en la cifra de la pobreza fue mínima y sigue siendo más profunda y extendida en la zona rural. Sostuvo esta semana a ABC que los programas sociales, como de Tekoporã y de alimentación escolar, ayudaron en este proceso de mitigar el impacto de la pobreza, aún en un año económico complicado, como fue el 2019.

La profesional refiere que es urgente que frente a esta pandemia del covid-19 se amplíe la cobertura de estos programas, para que lleguen a todos los niños de estratos sociales más bajos, con énfasis en la pobreza extrema.

Según la DGEEC, los ingresos provenientes de los programas estatales Tekoporã y Adulto Mayor resultan significativos para hogares que están en el 20% más pobre, donde representan el 3,4% y 4,3% de los ingresos respectivamente.

Subsidios en espera

El Poder Ejecutivo estima que las compensaciones económicas a sectores vulnerables que están inactivos por las medidas sanitarias podrían llegar a 1.500.000 beneficiarios con subsidio de G. 500.000, que estadísticamente les dejaría fuera de la pobreza extrema.

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que la pandemia del covid-19 engrosará la cifra de pobreza y aumentará el desempleo en países de la región.