El mundo está en crisis. Y la economía global no escapa a ella.

El “remedio” que se ha implementado en la casi totalidad de los países, se basa en la cuarentena.

El problema es que esta “pseudo-solución” tiene un lado cruel. La vida económica tiende a caer abruptamente.

Por el coronavirus, finalizó el mayor ciclo de crecimiento económico de la economía mundial en la última década.

Acá no lo percibimos, pero la realidad es que el mundo no detuvo su crecimiento, a una tasa del 3,5% anual desde el 2009.

Las naciones desarrolladas acumularon un crecimiento del 18%, a lo largo de la década. Y, lo más impresionante fue lo que crecieron los emergentes. Cerca del 53%.

Se destacaron China y la India. Cada uno crecieron más del 80%.

Y la pandemia vino a cortar la racha.

Obviamente, nuestro país (también, Brasil) quedó muy lejos de este ciclo de bonanza. Pese a que en varias oportunidades hubo niveles de precios entre USD 500 y USD 600 por tonelada en el mercado internacional.

Afortunadamente, el gobierno actual actuó con realismo. Y declaró la cuarentena obligatoria con relativa celeridad. Y así, por ahora, evitó el naufragio del sistema de salud.

La gran pregunta ahora es… ¿hasta cuándo puede soportar el sistema económico así paralizado? La cuarentena podría conducirnos rápidamente al colapso económico, y su consecuente crisis adicional. La política sanitaria exige un refinado manejo que nos libere de ello. Una verdadera sintonía fina.

La realidad es que la Argentina lleva 8 años de recesión y está prácticamente en default. Antes de que se iniciara el problema sanitario, ya estábamos en el “horno”.

En la Argentina, el riesgo país subió a 4,300 pbs. Se trata de su mayor nivel desde 2005. Y paridades de los bonos se acercan al 25%, con tendencia a nuevas bajas.

Bueno, señores, preguntarán ustedes… ¿hay alguna buena noticia?

Pues sí. Los mercados globales parecen haber llegado a un piso, aunque sea provisorio, a partir del paquete de medidas anunciado en EE.UU. por aproximadamente USD. 2 trillones.

Además, la mayoría de los países están por aplicar políticas de estímulo a nivel monetario y fiscal de extraordinaria magnitud. Los grandes líderes están leyendo los libros de Keynes, para actualizar sus propuestas. Y China está mostrando signos de recuperación.

Los indicadores chinos revelan una suave tendencia a la normalización de las actividades. La demanda de acero y el consumo de carbón habrían vuelto a la normalidad.

Es obvio, pero vale remarcarlo: estas medidas hacen al fortalecimiento de la demanda.

Así las cosas, en gran parte de las jornadas laborales, los mercados globales han mostrado cierta recuperación en pérdidas sufridas desde comienzos de marzo. Pese al pánico global, a raíz del coronavirus, los fondos especulativos no han revelado ventas masivas, según los últimos datos de la Commodity Futures Trading Commission (CFTC) de EE.UU.

En este contexto, los precios agrícolas pareciera que han comenzado una etapa de muy suave recuperación.

Sin embargo, hoy miércoles hubo una fuerte caída en los valores en Chicago, que repercutió en nuestro país. Posiblemente, haya sido una jornada de toma de ganancias.

Fundamentalmente, por la caída de valores, en los principales mercados mundiales de activos financieros, los futuros de los tres principales granos bajaron sustancialmente,

La oferta abierta por soja con entrega se ubicó en los USD 210. Se trata de una baja de USD 10 respecto al día lunes.

La cosecha se ha detenido por las lluvias muy recientes. Veremos cómo sigue el cuadro climático en nuestro país.

Nadie dice que el panorama no es preocupante. Sin embargo, hay indicios alentadores. No perdamos la esperanza de una mejora.